INTRODUCCIÓN
Después
de leer diversos libros relacionados con la pintura en el Perú, visitar las
exposiciónes permanentes del BCR, el MALI, la
Municipalidad de Lima, diversas iglesias y colecciones
privadas,he llegado a la conclusión
que la historia de la pintura en el Perú puede dividirse en seis periodos
bastante bien definidos. Sin embargo, como siempre sucede con la historia en
general y la historia de la pintura en particular, existen sobre posiciones.
Por ejemplo, cuando se inició una escuela tan exitosa como la
impresionista, pintores y críticos de tendencia “academista”, la rechazaron y continuaron pintando en el estilo tradicional
por muchos años. Para un pintor renacentista, cuyas obras son cercanas a la
perfección, seria difícil
aceptar a un pintor manerista, sin embargo, fue Rafael Sancio, indiscutible figura del Renacimiento, el iniciador de este género en Italia. Estoy seguro que una
pintura de Pancho Fierro, era menospreciada por un pintor de la Escuela Cuzqueña.Teófilo Castillo
es considerado un clásico (dentro la
pintura peruana) sin
embargo, la mayoría de sus
cuadros, son de
estilo impresionista con temática
costumbrista.
La consolidación de una escuela de
pintura toma muchos años e involucra muchos artistas, que de una u otra forma siguen
el mismo estilo. La duración de una escuela es indefinido, sin embargo, su
popularidad en el tiempo, es limitada. Si bien un buen cuadro perdura para
siempre, la popularidad de la escuela a la que pertenece esta dentro de ciertos
patrones fijados por la historia y la
moda. Por el momento, la única escuela en el Perú que ha sobrepasado el siglo
de popularidad, es la Colonial, la cual empieza a fines del siglo XVI y se
mantiene vigente hasta la Independencia
en 1821.Inmediatamente después,es vetada para el público. Posteriormente a
partir de la Independencia, nadie le
presta la atención que merece y, finalmente, solo a mediados del siglo pasado se
pone de moda entre los coleccionistas o dentro del entorno de la alta sociedad,
arrebatando pinturas de iglesias y conventos de la sierra para venderlas a
precios irrisorios en las principales ciudades.
Creo que los seis periodos de la pintura
peruana son:
La
Antigüedad.
La Colonia.
Los Costumbristas-post
independencia.
Los
Clásicos o Académicos y los Impresionistas.
La Escuela
Nacional de Bellas Artes:
Indigenistas-independientes.
Indigenistas.
Independientes.
Neo-Indigenistas-Figurativos.
Abstractos.
Pintores peruanos recientes
Además de mencionar de una u otra
forma a la mayoría de los pintores peruanos reconocidos, creo que el mérito de
este documento radica en la identificación
de dichos pintores con una
determinada escuela de pintura que trascendió en un periodo de nuestra
historia. Es decir, logró de alguna manera, una aceptación generalizada o popularidad a nivel nacional. Si bien en algunos casos se
ha profundizado en la vida de pintores, sobretodo en la de los clásicos, el
trabajo es mas histórico que biográfico.
LA PINTURA PERUANA EN LA ANTIGÜEDAD (7,000 a.C-1530)
La
Antigüedad en el Perú por ahora, es el periodo comprendido entre el 7,000 antes
de Cristo (a.C) y la llegada de los españoles en la primera
mitad del siglo XVI. En la historia de la pintura, este periodo comprende desde
las pinturas rupestres (pictográficas y petroglifos) de por lo menos 7,000 años a.C, de antigüedad,encontradas tanto en el sur como en el norte del país,
pertenecientes al Paleolítico Superior -alrededor de 10,000 años antes de
Cristo-.
Como
referencia, Caral,
la ciudad más antigua de América, data de 3,000 años a.C (se dice que estaba seis siglos
adelantada en cultura a Europa y el resto de América). Esto implica que esta ciudadela, existío
500 años después del diluvio universal el cual supuestamente “hundió el mundo”, salvo a Noé y su familia, en el 3,500 a.C.
Pese a lo mencionado, los hallazgos paleolíticos rupestres en el Perú -referidos por lo general a rituales de la caza - no tienen la
antigüedad de los encontrados en las cuevas de Lascaux y Altamira en Francia y
España respectivamente (15,000 a.C). Es quizás por ese motivo que los nuestros
aun continúan expuestos al aire libre y en cavernas sin mayores cuidados, a
diferencia de lo que sucede en Europa. Entre las pinturas pictográficas y
petroglifos destacan los encontrados en
Toquepala en Tacna, Sumbay y Toro Muerto en Arequipa y, en Lauricocha,
Cajamarca y Huánuco en el norte.
Los primeros murales
A comienzo
del primer milenio o del siglo inmediatamente
posterior al nacimiento de Cristo, entre los años 100 y el 800 d.C, en lo que se denomina el Periodo
Intermedio Temprano, se pintaron los murales policromados de los moches en Trujillo
y sus alrededores (Huacas del Sol y de la
Luna, El Brujo, Pañamarca). Los referidos murales están íntimamente
relacionados con el culto religioso.
Además de los murales, los moches
destacan por la pintura con pincel de
color ocre sobre la valiosa cerámica.
Otros lugares donde se ha encontrado pintura mural pre-colombina
en el Perú, no necesariamente
moche, es en Garagay y Pachacamac en Lima, los que podrían pertenecer a la cultura de los limas.
Tejidos y plumajes
La pintura de los primeros peruanos, en cierta forma, también se hizo
presente en los vistosos y antiguos textiles de los paracas (700
a.C-100 d.C), con mucho colorido, representando figuras en parte humanas y en parte
animales. Lo decía Arturo
Jiménez Borja que "bordar se parece a dibujar y pintar......".
Los
nazca (200 a.C-750 d.C), no solo
destacan por su cerámica policromada, sino que también, por la belleza y colorido de sus mantones confeccionados con
plumas de aves marinas, oriundas de la sierra y de la selva.
Grabados
El
grabado en piedra destaca sobretodo en la cultura Chavin (1,100 a.C - 200 a.C), con significativas esculturas
como el Lanzón, la Estela Raimondi y las Cabezas Clavas. La cultura Chavín, no
destaca por la pintura ni tampoco por
los textiles a colores, pero si por la cerámica de arcilla obscura,
similar a la aún más antigua cultura Cupisnique (1,500 a.C)
Pintura textil
Dentro
del género de la pintura textil, muy posterior a los paracas, vendrán los
abstractos waris (500 -
900 d.C), los chancay (900 - 1,400d.C), los
chimú (1,000
- 1,490 d.C) y, finalmente, los incas
(1,000 d.C).
Estos últimos son mas conocidos como conquistadores, arquitectos y agricultores, sin
embargo poco se les gratifica por sus coloridos textiles y por su cerámica -sobretodo los queros y aríbalos- que ratifican las
características geométricas del arte en el Imperio Incaico.
LA PINTURA DURANTE LA COLONIA ( 1530-1821)
Aludiendo a
la "extirpación de idolatrías", la Conquista impuso el arte europeo
sobre el incaico y utilizó la pintura como el medio para transmitir a los
aborígenes la doctrina cristiana.
Los
dibujos de Felipe Guamán Poma de Ayala en "La Nueva Crónica y Buen Gobierno"
(fines del siglo XVI), son las primeras ilustraciones pictóricas (398) del cruelmente
sometido Imperio Incaico,
en la transición a la
Colonia. El valioso documento encontrado en Suecia es
un informe al Rey de España sobre la situación de los individuos en las indias.
Se dice que Guamán Poma de
Ayala aprendió a pintar gracias a las enseñanzas de un fraile mercedario español de apellido
Murúa, sin embargo se piensa que fue al revés, pues el fraile pinta a color lo
que Guamán Poma de
Ayala había pintado en
blanco y negro. El documento presenta ilustraciones y hace comentarios al Rey, sobre la actitud asumida por los conquistadores y los nativos
durante la Conquista.
Durante
la Colonia, los españoles, los criollos y los indígenas, imitan las pinturas
renacentistas y sobretodo las barrocas, traídas por los primeros de su país, Francia e Italia. No
se conoce mayormente sobre la pintura en el período inicial de la Conquista, solo
se registra una pintura de Atahualpa cautivo del pintor Diego de la Mora, pintada
entre 1533 y 1534. Pasaron varios años desde los inicios de la
Conquista, hasta
que toman vigencia los tres artistas italianos mencionados a continuación, que
son los pioneros del estilo colonial -pro-europeo- y los que fijan las pautas de la pintura virreynal. Estos pintores vivieron en el Perú en los 30 años finales del siglo XVI
y los 20 primeros años del siglo XVII, cuando el manierismo era la escuela que
predominaba en Europa.
En las
obras del jesuita Bernardo Bitti, predomina el manierismo -estilo con
figuras "alargadas", rostros vidriosos
y ropaje acartonado, que nace en Europa como reacción al
perfeccionismo que alcanza la pintura en
el Renacimiento-. Mateo Pérez de Alessio es reconocido por ser el inspirador de
las pinturas de los famosos arcángeles con valiosas vestimentas que luego pintaría Bernabé de Ayala. De los tres pintores italianos,
Pérez de Alessio, fue el que menos obras pintó en el Perú, si se compara con su vasta
producción en Sevilla y Malta. Fue conocido en Italia en la época de Miguel Ángel y sin
la menor duda, es un pintor renacentista. Angélico Medoro se especializó en la pintura de vírgenes, con
caracteres renacentistas pero se le considera en el Perú también un pintor
manieristas.
En la
pintura colonial peruana, se copia el estilo y la temática
europea, sobretodo
en los cuadros religiosos que son los que predominan. En la mayor
parte de estos cuadros, la temática está orientada a explicar
e infundir en a los nativos principios y
dogmas cristianos a través de la pintura. Pasajes de la
Biblia y de la vida de los santos pretenden ser explicados a los analfabetos de
acuerdo a los principios establecidos en el Concilio de Trento. Los pintores indios, sobretodo los de la escuela cuzqueña, incluyeron
elementos aborígenes
(Santiago Mata-indios, procesiones o actos religiosos en los que participan nativos) así como también productos naturales autóctonos (llamas
en vez de camellos, cuyes y vizcachas, así
como frutas y hortalizas de la zona). Los pintores
coloniales, mestizos e indios, la mayoría anónimos, no se
atrevían a reproducir modelos prehispánicos, pues estos hubieran sido considerados por
los españoles y criollos como
productos exóticos, paganos e intrascendentes para la
época. En los retratos resaltan las joyas y alhajas, sobretodo
las utilizadas por matronas españolas y criollas en el afán de destacar la riqueza existente en el
Nuevo Mundo.
Las pinturas de las escuelas limeña y cuzqueña son las que
destacan en el período colonial.
La limeña, presenta una
clara influencia de la pintura sevillano-flamenca y tiende a ser mas vistosa y
sofisticada, en parte por el predominio del dorado o pan de oro en el mismo cuadro y no solo en el marco. En general, la escuela limeña es barroca con influencia del
holandés Rubens, el italiano Caravaggio y los españoles Ribera y sobretodo Zurbarán. Sin embargo, en muchas pinturas hay rasgos manieristas. Se debe destacar las
valiosas pinturas de arcángeles
originalmente en el Monasterio de la Concepción, ahora en un convento de monjas en Ñaña en la Catedral y en la
Iglesia de San Pedro en Lima, pintadas
por Bernabé de Ayala de marcada influencia
zurbaranesca. Estos muestran vestidos con encajes y joyas que muchas veces e
injustamente obvian el mérito en la pintura de las caras y el pelo. Gracias a este detalle muchas veces se diferencia un antiguo
original y una simple copia.
La escuela cuzqueña, si bien tiene sus orígenes en la limeña, tuvo
mayor libertad para separarse de la pintura europea en general y de la
influencia española en particular. Se introdujeron mas elementos autóctonos y
se absorbieron muchos detalles de la pintura flamenca, sobretodo en las edificaciones. En las pinturas de
arcángeles se innovó en las armas cambiando las lanzas por los arcabuses que
utilizaban los soldados españoles que circulaban por la ciudad en los tiempos
de la Conquista. También se pintaron
cuadros de acontecimientos, sobretodo religiosos, como la procesión del Corpus
Christi, en los que participaban españoles, criollos e indios cada uno haciendo
lo que le correspondía, dentro la pirámide social. La colección con los signos
del zodiaco es de una trascendencia especial.
En 1673
y por 26 años, fué
Obispo del Cuzco, Manuel de Mollideno y Angulo. El esfuerzo de
este religioso, verdadero mecenas, y el de artistas locales muy calificados como Diego Quispe Tito, Basilio de Santa Cruz Puma- callao profundamente
identificado con el obispo. Marcos Zapata, Basílio Pacheco y muchos pintores anónimos, dieron especial realce a la pintura de la escuela cuzqueña,
Dentro
de esta escuela, destacan los valiosos y limitados murales encontrados en las iglesias y conventos del Cuzco (conventos de Santa Catalina y La Merced) y en las iglesias de los distritos aledaños, (San Sebastián,
Quispicanchi, Acomayo y Chinchero); así como también en las iglesias de los pueblos
cercanos al Lago Titicaca en Puno. Muchas veces estos murales se encuentran detrás
de lienzos o grandes
cuadros coloniales. El antiguo mural
barroco con características aun renacentistas y el nuevo cuadro barroco, compiten
por el mismo espacio dentro de la misma iglesia. Tadeo Escalante, es
reconocido como el principal muralista de la Colonia.Tambíen destacan Luis de
Riaño, Diego Guamán Cusi y varios anónimos.
En un artículo sobre Baltazar Jaime Martínez de Compañón, publicado
en el diario “El Comercio” de Lima, el 17 de mayo del
2015, Santiago Bullard menciona que cuando este personaje asumió el cargo de
Obispo de la ciudad de Trujillo en 1780....." el mundo natural y las
costumbres de los pueblos del Nuevo Mundo seguían siendo un misterio en
términos científicos". Martínez Compañón quería dar a conocer las "bondades y rarezas"
del norte peruano al Rey de España. Con gran dedicación constituyó un equipo de
artistas que pintaron 1,400 ilustraciones, así como otras tantas acuarelas y
dibujos. Los doce tomos que las contenían, fueron canibalizados y ahora las valiosas pinturas se
encuentran repartidas en diferentes colecciones alrededor del mundo
especialmente en la Real Biblioteca de Madrid. Martinez Compañón, fue
uno de los antecesores de Antonio Raymondi y
otros científicos extranjeros, quienes durante sus viajes estudiaron y describieron la flora y la fauna peruana, así
como las costumbres y la vida en las ciudades en la época de la Colonia y la
República.
Al
final de la Colonia, el virrey Abascal fundó la Academia de Dibujo y Pintura adscrita
al Colegio del Príncipe, a la cual asistirán los primeros pintores clásicos,
cuando era dirigida por el biólogo quiteño Francisco Javier Cortés. Este personaje ecuatoriano vino
al Perú con el científico Humbolt y destacó
por sus pinturas costumbristas.
Poco se
ha escrito sobre la orfebrería colonial. Recientemente se han presentado detalles sobre la
orfebrería vidriada.
LA PINTURA EN EL PERIODO DE LA
INDEPENDENCIA (1821-1860)
En
el periodo posterior a la declaratoria de la independencia (1821-1860),
pintores nativos libres, con el ánimo de expresar sus vivencias en la ciudad y
su entusiasmo por la independencia y sus artífices, pintan costumbres de la
época y retratos sobretodo de los líderes patriotas.
Destaca
Francisco "Pancho" Fierro (1803-1879) y con menor éxito,su
seguidor José
Effio (1840-1917). Estos pintores mulatos, son considerados pintores
nacionales de acuarelas criollas costumbristas, si bien de rasgos sencillos, pero con mucho poder descriptivo. Fierro es muy prolijo en sus acuarelas (se estiman 1,200).
Felizmente, muchas permanecieron en el Perú, pues es probable
que aún estén en San Petesburgo, 73 pinturas originales de Pancho Fierro, adquiridas por un ciudadano
ruso en un anticuario de Lima en 1854. Como estas, muchas pinturas de Fierro
fueron adquiridas en Lima a precios irrisorios por viajeros europeos que
nos visitaron a mediados del siglo XIX.
Recientemente el MALI,
ha presentado acuarelas y temperas
pintadas a fines de la tercera y cuarta década
del siglo XIX por Francisco Fierro, las cuales fueron adquiridas en Francia.
Otro pintor
costumbrista destacado es el mencionado biólogo ecuatoriano Francisco Javier Cortés.
También destacan los retratos de los
libertadores y personas de la alta sociedad de Lima y de Santiago de Chile del
también mulato, José Gil de Castro y Morales (1783-1841). Las compensaciones
por sus retratos hicieron que se convierta en el pintor peruano mejor
remunerado de la época.
Sin menospreciar el origen espontáneo y casi empírico de los
pintores post-independencia, podemos afirmar que en este periodo y hasta el
advenimiento de los clásicos en la segunda parte del siglo XIX, con
decidida influencia europea, (Merino, Laso y Montero y posteriormente Baca
Flor), la pintura pintada en
casa, es pobre en el Perú.
No se puede dejar de mencionar en este periodo, el aporte al costumbrismo, retratos y pintura en general, de pintores extranjeros que
visitaron el Perú, lo cual, por ningún motivo
sitúa a dichos pintores dentro de la simpleza de los peruanos. Johann Moritz
Rugendas (1802-1858) alemán y los franceses François Angrand, Alfred Bonnaffe y
Max Radiguet,
pintaron entre 1830 y 1860 lugares y costumbres peruanas pero con estilos en
boga en Europa. Por ejemplo el "Regreso de Amancaes" de Angrand es un
valioso cuadro impresionista. Destacaron también en el siglo XIX los italianos
Brambilla, Ravenet y Menesi; el retratista francés Monvoisin, maestro de Ignacio
Merino en Europa; Darondeau y Fisquet, pintores-viajeros con valiosos dibujos
documentales; Mesnard y Blanchard.
Finalmente, mención
especial merecen los españoles José del Pozo y Matías Maestro, pues ambos se establecieron en Lima. Con poco acierto,el
segundo se atrevió a modificar cuadros barrocos al estilo Neoclásico de la
época de Napoleon, muy de moda a comienzos del siglo XIX.
LOS CLASICOS O ACADÉMICOS
(1840-1920)
Adoptando las técnicas y estilos de las escuelas que se desarrollaron en Europa en los siglos XVII y
XVIII, sobretodo la barroca y en menor grado la neoclásica y la impresionista; peruanos
que viajaron por América pero sobretodo por Francia e Italia, conocidos como
los clásicos o académicos, pintan dentro de los principios establecidos por la “Academia”: Ignacio Merino (1817-1876),
Francisco Laso (1823-1868), y Luis Montero (1826-1869); luego, Daniel Hernández (1856-1932) y Teófilo
Castillo (1857-1922).
Estos dos últimos,
también son considerados pintores clásicos en el Perú, pero de una “segunda generación” pues no solo
son más jóvenes, sino que muestran estilos más modernos, muchos con temática nacional. Sobre
ellos comenta Ugarte Eléspuru en su libro “Pintura y Escultura en el Perú
Contmporaneo”: “Hernandez introdujo en el Perú el oficio pictórico, dictó
normas técnicas, tomo cauces para la creación artística”. (Castillo) “luchó tenaz para levantar el nivel artístico del
medio”.
Finalmente el prolífico Carlos Baca Flor (1869-1941) si
bien es considerado un pintor académico peruano, es
un famoso retratista y también un pintor
impresionista.
Aunque con menos fama, también corresponde incluir entre los clásicos peruanos a Federico Torrico,
Francisco Masías, Juan Lepiani, Luis Astete, Abelardo Alvarez Calderon, Alberto
Lynch, Federico del Campo, Carlos Jiménez, Juan de Dios Ingunza, Rebeca Oquendo. Todos ellos nacieron en el siglo XIX y sus pinturas podrían confundirse
fácilmente con las de pintores europeos, principalmente españoles barrocos. Entre los mencionados debemos destacar las pinturas históricas de Lepiani,
los retratos de Lynch y los cuadros bucólicos de Masías, pinturas de gran
aceptación entre la sociedad limeña de la época.
Es
importante reiterar que los clásicos-románticos mencionados en los párrafos
anteriores, no se
cultivan en el Perú sino en Europa, sobretodo en París y Roma y también en
España. Algunos viajan a los Estados Unidos y por países de América Latina como la Argentina y Chile. Como
dice Núñez Ureta en la introducción al primer tomo de Pintores Contemporáneos
editado por el Banco de Crédito en 1975: "Estuvimos todo el siglo (XIX)
muy ocupados en ir y volver de Europa y nuestros artistas, hasta los mas
dotados, pasaron de largo frente a la inmensa y rica realidad de nuestro
paisaje y nuestra gente"; luego, en el mismo documento refiriéndose a Laso acota :
".....es el único que intenta inspirarse en el tema peruano.......sin
haber podido, no obstante, penetrar más allá de la superficie como pretexto de
su composición. Sus indios son caballeros vestidos de poncho (o quizás árabes
del norte de África como los que pintó
el romántico francés Delacroix). Pero el camino era ese y de no haber mediado su muerte
prematura, Laso hubiera sido el primer gran pintor de todo lo peruano".
En resumen, los
pintores clásicos
peruanos se formaron en Europa y se compenetraron con el estilo de moda en esa parte del mundo, (Barroco,
poco de Rococo, Neoclásico e Impresionismo)
Como
anexo a este documento, se incluyen biografías de los cuatro tradicionales clásicos-académicos peruanos:
Merino, Laso, Montero y Baca Flor. Respecto a
Hernández y Castillo, ellos dos son mencionados en varias oportunidades, pues
participaron notoriamente en la vida artística nacional que se inicia a partir de la segunda década del siglo XX.
Los comienzos del siglo XX
Indudablemente la
llegada del siglo XX, trajo consigo un baño de optimismo a nivel mundial.
La
dignidad del individuo había sido reivindicada por la Revolución Francesa de
1789 y los otros movimientos liberales que se sucedieron en Europa y América en
los siglos XVIII y XIX. Aparentemente, las guerras habían dado una
tregua y Europa estaba pacificada con los límites de los estados definidos después de Versalles. Los
Estados Unidos se vislumbraba como la tierra prometida en un nuevo mundo
moderno.
Nadie se imaginaba los
trágicos acontecimientos que sucederían en Europa entre 1914 y 1919 y luego
nuevamente, entre
1939 y 1944 que acabaron con la vida de millones de
personas. La depresión de 1930 en los Estados Unidos, no encajaba con el
éxito en ese país al comienzo de los años 20.
Como si
lo mencionado no fuera suficiente, después de la II Guerra Mundial sobrevino la
Guerra Fría, la cual pudo
desencadenar una guerra nuclear, con funestas consecuencias para la humanidad.
En
América Latina y especialmente en el Perú, a fines del siglo XIX cesan las
pugnas incitadas por los generales y coroneles victoriosos de las guerras de la
independencia y sus sucesores también castrenses. Finalmente se abre paso al
civilismo, lo que no necesariamente implicaba una convicción democrática.
Efectivamente, después de la funesta
guerra con Chile y en las dos primeras
décadas del nuevo siglo,se suceden en el Perú los gobiernos
civiles aristocráticos, hasta 1919, que nuevamente la dictadura se impone con el Oncenio
de Leguía o la “Patria
Nueva” con
privilegios y beneficios para
unos cuantos, entre los que no estaban los aristócratastras
tradicionales limeños. También surgen ideas de
avanzada en la mayoría de los países de Americana Latina, afines a los acontecimientos revolucionarios
de tinte social en México en 1915 y en Rusia en 1917.
Poco sucede con la pintura peruana en las primeras décadas del siglo XX. Los
gobiernos aristócratas favorecen lo europeo y los pintores clásicos peruanos
como mencionáramos, no solo viven la mayor parte de su vida en Europa, sino que
pintan bajo la influencia de las escuelas europeas aun dependientes de la Academia.
A comienzos del siglo XX, el intelectual
Francisco García Calderón, habla con optimismo del Perú Contemporáneo, mientras
su hermano José,
destacado dibujante residente en Francia y muerto en Verdun, escribe sobre arte
en el Perú, desde
tiempos precolombinos hasta fines del siglo XIX, augurando progresos en ese
campo. Ambos sin embargo, son intelectuales muy afines a los gobiernos
aristocráticos, por lo
tanto su valorización de lo autóctono en el arte en general, no es para nada
contundente.
LA ESCUELA NACIONAL DE BELLAS
ARTES - La ENBA (1919-1976).
Fomento a la pintura peruana: Escuelas,asociaciones y
museos
Al
final de los gobiernos de la aristocracia en 1918, el Presidente José Pardo
Barreda (1915-1919), encargó a su pariente el pintor Enrique Domingo Barreda, la formación de la
Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA). Pese a las buenas intenciones del
aristócrata, la ENBA solo entró en operación en 1919 pocos meses antes que se inició el Oncenio de Leguía.
Pardo, igual que los gobiernos aristocráticos que le
precedieron desde principios de siglo, admiraban el arte europeo. La iniciativa
de la creación de la ENBA era una forma de inculcar en los pintores peruanos
los estilos europeos.
Barreda, acertadamente, convocó al artista
peruano Daniel Hernández Morrillo (1856-1932), quien se encontraba en Europa
para que sea su primer director. Hernández vivió en Europa por largo tiempo, tanto en Roma
como en París, logrando fama al ser premiado con medalla de plata en la
Exposición Universal de París en 1900, donde presentó una de sus idealisadas
“perezosas” -mujeres reposando en ambientes sensuales-.En la misma exposición el
pintor, nacido en el Perú, Alberto Lynch, fue acreedor a medalla de oro.
Hernández, artista de grandes conocimientos sobre el arte de
pintar y un poco aburrido de su vida en Europa, aceptó
el reto para dirigir la ENBA y regresó al Perú acompañado por el escultor español
Manuel Piqueras Cotolí, a quien se le atribuye la
creación del estilo neo-peruano de gran influencia en los indigenistas
independientes. Fue este escultor quien diseñó la fachada neo peruana de la Escuela Nacional de Bellas Artes construida en 1924 y también estuvo a cargo de la construcción del Pabellón Peruano de la Feria
Internacional de Sevilla en 1928. Piqueras es sin duda, el brazo derecho de Hernández en
los primeras actividades organizadas en la Escuela
y como él, logra el aprecio y admiración de las primeras promociones.
El pintor Hernández, una vez establecido en
Lima, fue muy solicitado como pintor oficial del gobierno de Leguía, así como
retratista de distinguidas personalidades de la sociedad limeña.
Antes de la creación de la ENBA, la pintura se fomentó en el Perú en la sencilla
Academia de Dibujo y Pintura que como vimos, fundó el Virrey Abascal a fines
de la Colonia. Esta Academia (dos habitaciones acondicionadas dentro de la Biblioteca
Nacional), perdió fuerza y sobre sus
cimientos, surgió la Academia Cortés, fundada por el biólogo y pintor costumbrista ecuatoriano
Francisco Javier Cortés, a quien
nos referimos anteriormente y de la cual fueron alumnos y directores Merino y Laso. En 1905, año que Teófilo
Castillo vuelve al Perú, instala en la Quinta Heeren su taller que es muy frecuentado
por los pintores de ese tiempo. A la Academia Cortés le sucedió la Academia particular Concha hasta 1916 que empieza a funcionar la
Sociedad de Bellas Artes de carácter municipal dentro de lo que hoy
es el MALI. El pintor clásico y luego político Federico Torrico, fué su director hasta su muerte.
La
ENBA fue dirigida por Daniel Hernández desde su fundación hasta 1933, año en que asume la Dirección,
el líder indigenista José Sabogal. En 1945 sucede a Sabogal su rival, el “independiente” Ricardo Grau hasta 1948 que
cae el Gobierno de Bustamante y Rivero y Grau, aprista, se ve presionado a
renunciar a la función pública. A Grau lo
sucede Francisco Gonzales Gamarra pintor indigenista-independiente como veremos
posteriormente y luego, aun bajo el Gobierno de Odría y hasta 1956 asume por segunda vez la Direccion
de la Escuela el retratista de héroes nacionales, Germán Suárez Vertíz. La primera fue un interinato en 1945
antes que asumiera Grau. En este periodo la ENBA pasó por un periodo
conflictivo y sin el poder acostumbrado del Director. Desde 1956 y hasta 1973, el Director de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes del Perú, es Juán Manuel Ugarte Eléspuru, quien gozaba de mucho prestigio dentro de la
Escuela, no solo como artista y profesor sino que también como administrador,
pues había intervenido en la elaboración de varios de los reglamentos internos
desde 1944. A Ugarte Eléspuru como
veremos posteriormente, se le identifica inicialmente como un pintor neo indigenista-independiente y muralista hasta los años 50, que
tiende a la pintura abstracta. Teodoro Núñez Ureta asume la
dirección de la ENBA en 1973
y renuncia en 1976, por no estar de acuerdo con el trato al arte en general y a la
pintura contemporánea en particular, que se deriva del Gobierno Revolucionario
de Velasco Alvarado. A Núñez Ureta le sucede por corto tiempo en la Dirección
de la ENBA, el diseñador José Bracamonte Vera. En 1978, el reconocido pintor
abstracto Alberto Dávila, asume la Dirección de la ENBA.
La
elección de cada uno de estos reconocidos artistas,
sobretodo los primeros, para desempeñarse como
Director de la ENBA, coincide con la consagración de su estilo artístico en el país.
Sabogal y Grau llegaron a la Dirección de
la Escuela, cuando los indigenistas y los independientes respectivamente,
estaban en su apogeo. Ugarte Eléspuru, quien sin duda dio mayor solidez institucional
a la Escuela, fue su Director cuando el neo indigenismo
primero y luego el abstracto cobraron vigencia. Núñez
Ureta, a quien se define como un neo-indigenista, comulgaba con las primeras
medidas revolucionarias de Velasco Alvarado.
Como se mencionó líneas arriba, Dávila fue un calificado pintor del estilo
abstracto.
Los años de la revolución
velasquista
Indudablemente, después del largo periodo que la
Escuela Nacional Superior de Bellas Artes estuvo a cargo de Ugarte Eléspuru, el prestigio de esta se vio seriamente afectado por diversas razones, pero
sobretodo por la poca importancia, o casi oposición del Gobierno de Velasco Alvarado (1968-1975)
a la
pintura peruana contemporánea. Durante
estos años, la pintura de vanguardia en
el Perú fue de tendencia surrealista, la cual el gobierno ignoró. Si algo de arte se promovió en esos años, fué el neo-indigenismo de corte
populista sin lograr mayores frutos. Se puso énfasis en la artesanía, sobretodo
en los retablos originarios de Ayacucho de
Joaquin López Antay a quien se le otorgó nada menos que el Premio Nacional de
Cultura en 1975. Las estatuas del escultor cuzqueño, Mendivil, lograron especial
relevancia. Pinturas
sin mayor valor, artesanía y huaynos se presentaban en forma conjunta en las
Ferias Populares. CONTACTA, la institución liderada por Francisco Mariotti
llevó a cabo el I Festival de Arte Total.
Los pintores peruanos
contemporaneos de vanguardia, encontraron apoyo en el Instituto de Arte
Contemporáneo-IAC (antes la Galería de Lima abierta en 1947) y no les quedó otra
alternativa que exponer sus obras en
museos y galerías de arte casi improvisadas, como el “Ombligo del Diablo”, en
el centro de Lima y otras ubicadas en los distritos.
El Instituto Nacional de
Cultura-INC se constituyó en el centro de la cultura en el país, desplazó al “elitista”
IAC, sometió a la ENBA que ya nunca fue la misma.Este organismo estatal promovió
las ferias populares. Al final del gobierno de las Fuerzas Armadas -en
1979- se creo, El Huayco EPS-Empresa de Propiedad Social, bajo la batuta del pintor
Francisco Mariotti, secundado por los artistas Juan Javier Salazar, Armando Williams
y Rosario Noriega entre otros. Salazar recientemente con su mediocre pintura de
los presidentes del Perú diciendo “mañana” fue la obra emblemática del Perú en nada menos que en la Bienal de
Venecia. Se
pretendió imponer
por encima de todo, una nueva escuela de pintura con clara tendencia socialista
y orientada al arte “chicha”, es decir la cultura provinciana en Lima. Esta escuela
de raíces provincianas, ha logrado trascender en el tiempo, pero moderando su
carácter inminentemente socialista de los primeros años.
Con presupuestos desmedidos, el
gobierno revolucionario fomentó la arquitectura “brutalista” -gris-, cara vista
o concreto armado para albergar ministerios y empresas públicas en zonas
residenciales.
Después de los desaciertos del INC para
otorgar el Premio Nacional de Cultura y observando la tendencia del Gobierno,
los dirigentes del IAC
con el apoyo de Asociación Peruana de
Artistas Plásticos, formaron el Sindicato Único de Trabajadores de las Artes Plásticas.
Estas instituciones rebeldes, lograron poner a buen recaudo
las pinturas de los pintores peruanos de vanguardia, sobretodo
los surrealistas, las cuales creo yo, están destinadas a
ocupar un lugar preferencial en la futura exposición permanente del flamante
Museo de Arte Contemporáneo en Barranco- MAC.
El
premio bienal Tecnoquimica, auspiciado por los filántropos-industriales, Mario Piacenza y Patricio Almenara, fue un incentivo para
los pintores que realmente destacaron en el país a fines de los 60 y los años inmediatos previos y posteriores a revolución velasquista.
Este valioso incentivo prevaleció hasta
fines del siglo. Szyszlo fue merecedor de dicho premio en
1962, Dávila en el 65 Shinki en el 66, Grau en el 68 y Tilsa en el
70. Luego el premio se otorgó a Cesar Quispez Asin en el 82, Sabino Sprigett en
el 90, Herkowitz en el 96 y Tola en el 98. En el 2000 es otorgado a Gerardo
Chavez.
Volviendo a la ENBA, podemos afirmar que entre 1920 y 1970 (50 años), son muy pocos
los pintores peruanos nacidos en el siglo XX, que no se precien de haber tenido
como Alma Mater la ENBA. Esta Escuela podría compararse en el Perú -guardando las
distancias del caso- con la Academia Europea, liderada en el siglo XVIII y
parte del XIX por París, donde se dictaba el estilo a seguirse sobretodo en Europa. Desde su fundación, el estilo de
pintura que predominaba en la
ENBA era el estilo que predominaba en el Perú.
A fines de los años 30, se funda la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica y al poco tiempo y hasta
su muerte asume la dirección Adolfo Winternitz de origen judio-austriaco, con amplia formación artística
en Austria e Italia. Winternitz es reconocido no solo por su
intensa y prolongada labor académica y sus pinturas, sino que también y sobretodo, por los vitrales famosos en
Chile y España y en menor medida en el Perú. Es aquí donde se forma nuestro
emblemático y trascendental pintor Fernando de Szyslo (1925) con cuya biografía
concluiremos este documento sobre Pintores y Escuelas de la Pintura en el Perú. Debido a los problemas, sobretodo presupuestales, de
la ENBA en los 70 y en adelante, la prestigiada Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica, acoge y forma a muchos de los pintores peruanos de las nuevas
generaciones.
El Museo de Arte
En este documento dedicado a la pintura no podemos dejar de mencionar el edificio que hoy ocupa
acertadamente el Museo de Arte de Lima- MALI, y que se ha convertido en la
Catedral de la pintura clásica y moderna en el país, con exposiciones periódicas sobre nuestras culturas ancestrales y pintores
trascendentes en el país.
En 1869
el entonces Presidente Balta, impulsor de grandes cambios urbanísticos en Lima,
ordenó la construcción del edificio para que albergará la Exposición de
Lima. En 1872 celebrando los cincuenta años de la Independencia,
se inaugura la Gran Muestra de Artes, Ciencias e Industrias. Durante la
invasión de Lima por el ejército chileno, el edificio es utilizado como banco
de sangre y cuartel de las tropas invasoras. A fines de siglo y hasta mediados
del siguiente, es cedido al Concejo Provincial y utilizado como Cámara de
Diputados, Dirección de Tráfico, Ministerio de Agricultura y sede del
referido Concejo. Siendo un edificio
municipal, en 1937, albergó el Primer Salón de los Independientes. Luego pasó a ser el Patronato de las
Artes o Palacio de la Exposición en
donde surge la Sociedad de Bellas Artes, En 1956, el edificio es restaurado con
la colaboración de la UNESCO y el Gobierno de Francia. En 1961 abre sus puertas el
hasta hoy Museo de Arte de Lima,
desde hace algunos años mucho más activo y conocido como MALI, monumento histórico y Patrimonio Cultural de la Nación con
grandes perspectivas para que desde su infraestructura
se promueva y fomente el arte pero sobretodo
la pintura en el Perú.
Entre los años 80 y 90 se crean
diversas escuelas y academias privadas de arte en Lima y también en provincias, sin embargo ninguna supera la trascendencia de la ENBA, sobretodo la
de sus primeros 50 años. Entre las escuelas
formadas en dicho periodo destaca la
Escuela de Arte y Diseño-Corriente Alterna, donde se han formando jóvenes que destacan hoy en el ámbito
de las artes plásticas en general.
Indigenistas-independientes
provincianos. El estilo Neoperuano
Fue el pintor Daniel Hernández -en lo
que a la técnica se refiere- pero sobretodo el escultor español Piqueras Cotolí, maestros de grandes
cualidades, quienes promovieron el estilo neo-peruano, mezcla de las culturas
europeas e indígena de enorme influencia en los pintores conocidos como
"indigenistas-independientes".
Estos jóvenes pintores, fueron atraídos a
la capital en los años 20, con el advenimiento de la “Patria Nueva” de Leguia y lograron no sucumbir a la ola “indigenista pura”
liderada por Sabogal.
Con el pasar de los años se ha podido comprobar
que Hernandez les enseñó a pintar y Piqueras les propuso un estilo nacional refinado.
Jorge
Vinatea Reinoso (1900-1931), nacido en Arequipa y Alejandro Gonzales Trujillo -
Apurimak (1900-1985), nacido en la ahora Región de Abancay, son pintores que no se limitaron a "retratar el dolor de la
vida indígena", sino como menciona Ramiro Perez Reinoso en el artículo
publicado en Amauta sobre Vinatea Reinoso,van más allá: “....representar al indio sin
problema y sin drama, con una musicalidad fresca y meridiana". Sin embargo, es importante destacar que
Vinatea Reinoso en uno de los pocos testimonios sobre sí mismo, explica que "su labor
pictórica está de acuerdo con el movimiento nacionalista", es decir con el
nacionalismo cultural peruano. En muchos de los cuadros de Vinatea Reinoso, como en aquellos de Apurimak,
resalta la habilidad de ambos para pintar
"conjuntos" esto es, personas autóctonas agrupadas, realizando alguna actividad
como la danza, la agricultura o navegando, lo cual no es una característica exclusiva de los indigenistas independientes bajo la
influencia de Piquras Cotolí pues los indigenistas se limitaron a pintar el
indio solo y ausente. Aún persiste la opinión que si Vinatea Reinoso no hubiera
muerto con escasos 31 años, sería considerado el mejor pintor de temas
autóctonos del Perú. Juán Villacorta Paredes en su libro “Pintores Peruanos” (1971) apunta: "Es común
en el arte discutir la obra de los artistas, porque esta no satisface a la
generalidad. Pero en el caso de Vinatea Reynoso, parece constituir la excepción
a la regla. Su obra no se discute, se ha aceptado plena y entusiastamente"
Así
como en Arequipa y Apurimac destacan Vinatea Reinoso y Gonzales Trujillo, en el Cuzco y Cajamarca pintan lo indígena, -mas dentro de la orientación de
los dos provincianos mencionados líneas arriba, que dentro de los parámetros de
Sabogal y sus seguidores-,
Francisco Gonzales Gamarra (1890- 1971) y Mario Urteaga (1875-
1957). En la pintura de ambos, destaca el cariño por la tierra y las
actividades grupales
cotidianas de sus habitantes. Teodoro Núñez Ureta calificó a Urteaga - "el
más auténtico pintor de los indios",
enervando a los indigenistas de Sabogal. Ugarte Eléspuru se refiere a ellos dos, como “el pintor que
ha pintado con amor y persistencia escenas de la vida incaica” al escribir
sobre el primero, y “– el único caso del
pintor “ingenuo” entre nosotros- que se ocupaba en pequeños cuadros tratados
con minucia y fresca gracia descriptiva, de los tipos y las costumbres de la
vida poblana” al escribir sobre el segundo.
Finalmente, dentro de
los provincianos, indigenistas-independientes, no podemos dejar de mencionar a
Wenceslao Hinostroza, nacido en Jauja en 1897, quien también buscó un estilo
nacional, pero sin
dejar de lado el estilo occidental predominante:Impresionismo. En sus
pinturas fundamentalmente
costumbristas,
destacan los paisajes locales con rasgos impresionistas.
Hernández y Piqueras Cotolí, reconocían la importancia de un arte con temática nacional
autóctona que lo alejara del academismo europeo, pero sin fanatismos y con un
mérito tanto pintoresco como pictórico. Me atrevo a afirmar que los Indigenistas-independientes, arriba mencionados, fueron sus preferidos. Sin lugar a dudas estos dos artistas fueron
los impulsores de la Escuela Neo Peruana , no academista en el estilo, pero
tampoco totalmente indigenista en el tema. No creemos que este estilo estaba en
la mente del Presidente Pardo cuando decidió crear Bellas Artes. La idea, como
vimos anteriormente, era traer al Perú los estilos de las escuelas europeas de
moda. La Patria Nueva de Leguía con ideas modernas y la visión de Hernandez y
Piqueras Cotolí, de una pintura mestiza para el Perú, confabularon contra la
arcaica ideología de los gobiernos oligarcas de hacer la pintura peruana un simple
derivado de la europea, introduciendo quizás algunos ingredientes nacionales.
Los Neo-Indigenistas
independientes modernos. Expresionistas Figurativos –(1940-1945)
Menciona Marisa Mujica en su trascendental obra: “Perú 10,000 Años de Pintura”....: "A finales de los años
30 surgió una generación de artistas nacionales que, conjuntamente con los
independientes, continuó buscando en la temática vernácular iniciada por el
Indigenismo, pero también se abrieron a incorporar otros formas de expresión
más universales" continua, "Algunos críticos los han agrupado con los
Independientes, otros los han llamado también Indigenistas-independientes .......", luego
prosigue: “En realidad lo que buscaban
estos pintores era acercarse al expresionismo figurativo, dentro de un contexto
autóctono”. Los
principales exponentes fueron Juan Manuel Ugarte Eléspuru y los otros, igual que sus antecesores los
Indigenistas Independientes, fueron curiosamente
también provincianos: Teodoro Núñez Ureta, Sérvulo Gutiérrez y Víctor
Humareda.
Ugarte Eléspuru y Núñez Ureta son muralistas de reconocido prestigio. Creo que también el líder de los pintores indigenista,
Sabogal, debe ser considerado un
precursor del muralismo moderno en el Perú republicano como lo fué, Tadeo Escalante en la Colonia.
Los murales de Ugarte Elespuru y Núñez Ureta que aun existen, están en ministerios, escuelas y
hoteles del país. No se podría decir si la influencia para incursionar en este estilo de pintura viene de los tres famosos muralistas modernos mejicanos, o si como
peruanos se inspiraron en el legado de los murales precolombinos y coloniales. Lo cierto es que la pintura mural no
ha sido una técnica muy difundida en el Perú. Los temas de nuestros muralistas modernos,son indudablemente con
tendencia social, más no necesariamente claman por la injusticia
o fomentan la revolución como los mejicanos.
En la parte correspondiente a
los Independientes, profundizaremos
sobre Ugarte Eléspuru.
Teodoro
Núñez Ureta (1912-1988), nació en Arequipa, donde es considerado el pintor emblemático de
los acuarelistas del país. Como hemos mencionado fue también muralista y pintor
de caballete, con excelentes retratos. Estudió Filosofía y Letras así como
Derecho y Ciencias Físicas. Fue profesor de Historia del Arte en su Alma Mater,
la Universidad San Agustín de su ciudad natal. En 1973 se mudó
definitivamente a Lima para asumir la dirección de la ENBA. Aparte de una
beca de la Fundación Guggenheim en
Estados Unidos (1943 –1945), no viajó al extranjero para perfeccionarse. Núñez Ureta es figurativo
con un excelente dibujo que sustenta las acuarelas, óleos y sobretodo los murales. Las acuarelas de Núñez Ureta, son de
paisajes y lugares típicos de su ciudad natal y también de otras ciudades del sur, así como retratos. En su estadía en Lima destacan las acuarelas y los óleos costumbristas, tales como
el de la Pocesion del Señor de los Milagros. Es recordado por sus paisajes y retratos, la mayor parte
acuarelas, pero sobretodo por sus murales, como en los que aún se muestran
en los ex-ministerios de Economía y Educación vecinos a la
Avenida Abancay y en el Hotel Libertador (conocido como el Hotel
de Turistas) en Selva Alegre, Arequipa, donde logra describir las costumbres urbanas y rurales de los años 40 en dicha
ciudad.
La acuarela
Este
género, muy
difundido entre pintores del sur del país, podríamos decir que se conoce con
Vinatea Reinoso; se enarbola con los Núñez Ureta (Teodoro y su hermano
menor Alejandro, que si bien no es tan conocido, es un acuarelista del nivel
del gran Toto); encuentra su interpretación más sofisticada y elegante, con Luis
Palao Berenstain y se
difunde en el Perú con muchos artistas nacidos sobretodo en Arequipa y también en el Cusco entre los años 20
y el presente.
La acuarela
arequipeña se internacionaliza en la primera mitad del siglo XX con las
pinturas de Alberto Vargas y Chávez (Arequipa 1896-Los Ángeles 1982). Las Vargas's Girls
recorren Estados Unidos y el mundo con mucho éxito sobretodo las adquiridas por
la revista americana Play Boy.
El color
aguado y ligero es decir, "el agua fluyente cargada
de pigmento", como decía Vinatea Reinoso, sustituyen
al lápiz y se constituye en una
alternativa mucho más económica que el óleo sobre canvas. Empresas e
instituciones de origen arequipeño, han promovido este estilo, convocando a concursos
y exposiciones, cuyos
mejores exponentes han tenido acceso a importantes exposiciones y galerías en la ciudad capital y de esta forma lograr trascender a nivel
nacional.
Temo
omitir acuarelistas jóvenes, muchos de los cuales han incursionado en temas de
las ciudades y ya no solo en el campo y retratos. Persiste la fama de los coetáneos del singular Luis
Palao, Ricardo Córdova Farfán, cuyo
talento como acuarelistas se complementa con el de sus
óleos y de otro de
los Núñez Ureta que prometía, Pablo Núñez Rebasa, quien falleció
prematuramente. Asimismo se hacen conocer en la Capital por sus dibujos y
retratos Guillermo Osorio y Willy Nava. También debo mencionar al pintor puneño
de óleos tenebrosos, Turpo. Los acuarelistas arequipeños que destacan en los 70
y 80 son: Germán Alarcón-Kinkuya, Oscar
Cuadros, Mauro Castillo, Darwin Chávez, José Ricketts, Ramiro Pareja, cuyas obras ya están a tiempo completo en el Santuario de la pintura
arequipeña, que es la Galería de Pintura del Banco Continental en dicha ciudad.
En los 90 y comienzos del siglo XXI, se
presentan a concursos y son acreedores
de merecidos premios otorgados por las empresas promotoras: Los Champi, Elías y
David Condori, Alejandro Nina, Evaristo Callo, Reynaldo Núñez, Luis Pantigoso Mesa, así como los
promotores del realismo en la acuarela: Ignacio Tomaglia, Freddy Hurtado, Raul García
y Hugo Suyo.
Si se habla de acuarelistas,como arequipeño,
no puedo dejar de mencionar pintores legendarios de mi ciudad que destacaron en
los 40 y 50 y que injustamente, no han trascendido en el país. Me
refiero al retratista y paisajista Victor Martínez Málaga, José Casimiro
Cuadros, investigador de la pintura
virreynal, Joaquín H. Ugarte y Ugarte “que ha tratado el paisaje tanto a la
acuarela como al óleo, con versión certera y seguro oficio” dice sobre él Juan Manuel Ugarte Elespuru en su libro “Pintura
y Escultura en el Perú Contemporaneo”. También estuvieron muy presentes en el Arequipa de fines de los 50 y comienzos
de los 60, Carlos Trujillo, especialista en óleos que reproducen con acierto los volcanes que circundan la
ciudad, Manuel Alzamora, Federico Molina, Morales Guzmán, Federico Reinoso, Jaime
Estruch, Carola Arrisueño, Victor Martínez Gómez, Roberto Damiani. Debo
mencionar nuevamente a los también legendarios acuarelistas arequipeños, Enrique
Masías y Manuel Domingo Pantigoso, quienes
trascendieron las fronteras de la ciudad y se proyectaron con éxito a nivel nacional, uno
como clásico a principios del siglo XX y el otro como prominente miembro de la
Escuela de los Independientes en los años 40.
Sérvulo Gutiérrez Alarcón (1914-1955), nació en Ica,
fue el quinto de diez hermanos.
Marisa Mujica lo describe muy acertadamente: “Su
pintura es fuego. Sus mujeres suelen estar hechas de cabelleras incendiadas de
pinceladas volcánicas. Sus retratos son explosiones cromáticas y lumínicas, organizadas
en torno a la particular densidad de cada retratado, sea este humano o divino.
A su pintura religiosa se le atribuyen poderes sobrenaturales. Sus paisajes
estiran el límite entre la libertad pictórica y la fidelidad al referente
real......." . Su madre murió cuando Sérvulo tenía nueve años. Empezó a
trabajar en el restaurant de su padre y en construcción en Ica. Siendo un
adolescente se fue a vivir a Lima donde lo acogió uno de sus hermanos, dueño de una casa de restauración. Pienso que quizás la violencia en su pintura es producto de su
pobreza, la temprana orfandad y sobretodo su dedicación al box representando
al Perú en "pesos gallo" en el Sudamericano de Argentina de 1934.
Vivió
en Argentina donde se presume que logró ser recibido como
alumno libre en la Escuela de Bellas Artes de La Plata, por el destacado pintor
argentino Emilio Pettorutti. Posteriormente viajo a París y luego se estableció en Lima con
dudas sobre si permanecía en la pintura o se abocaba a la escultura. En su
segunda estadía en Buenos Aires, su estilo se moderó, pero entre 1946 y antes de su muerte, su pintura se torna nuevamente
agresiva, en parte debido a la influencia del alcohol en
su personalidad.
Sérvulo, es un expresionista
figurativo, un eterno luchador de espíritu con colores casi “fauvistas” -el fauvismo es un estilo
que se caracteriza por colores brillantes y que alude a obras pintadas por “bestias salvajes”. El crítico europeo
Vauxcelles, utilizó el término en forma insultante para referirse a algunos pintores innovadores de comienzos del siglo
XX como Matisse y Cézanne-
Víctor
Humareda (1920-1986), nació en Lampa, Puno y con mucho esfuerzo ingresó y permaneció
en Bellas Artes de donde se graduó en 1947. Tuvo como profesores a
Sabogal y a Grau de quienes aprendió la importancia del color. Terminados sus
estudios y por mérito propio,
viajó a Buenos Aires donde se perfeccionó en la escuela "Ernesto de
la Carcova". Solo dos años después vuelve al Perú para dedicarse de lleno
a la pintura. Según sus propias palabras "vivir de la pintura y para la
pintura".
Su pintura es tétrica y la
plasma en imágenes típicas de una sociedad paupérrima
"mendigos harapientos, vendedores de pobrezas, velorios de
miseria, ajusticiamientos, arlequines desolados, calaveras, corridas de toros,
máscaras .....en fin una variada gama de seres desdichados que nos recuerdan
los dibujos de Goya y las obras de Toulousse Lautrec" así describe la pintura
de Humareda, Juan Villacorta Paredes en su libro sobre “Pintores Peruanos”.
Indigenismo (1920-1950)
Entre
1922 y 1943, años que José Sabogal (1888-1956) dirige la ENBA, fue el Indigenismo la escuela que
prevaleció en el Perú. En 1925 Sabogal viaja al Cusco en compañía de Camilo
Blas y parece que también con el pintor Julio Camino Sánchez, fanático del maestro Sabogal.
Se concentran en dibujar xilografías de indios y paisajes de la zona. Se dice
que este viaje marca el inicio del indigenismo en el Perú.
El
Indigenismo es una reivindicación de lo autóctono o vernácular, como para demostrar que
"tenemos lo propio",
en contraposición a las escuelas europeas que como hemos
mencionado, por muchos años prevalecieron muy afianzadas en el ambiente del
arte nacional. A diferencia de los murales modernos de los mejicanos, con una clara influencia
política y sobretodo social legada por la Revolución, los indigenistas peruanos
pintan lo que ven: paisajes, indios, criollos, negros, procesiones etc. Menciona Juan Ríos en su libro: “La Pintura Contemporánea
en el Perú” publicado en 1946, que en una oportunidad José Sabogal, el jefe de
la Escuela, afirmó en un reportaje que para él “plástica es vista” con lo cual
parecía expresar “la calidad meramente objetiva de su arte”. Ríos dice sobre el
Indigenismo.......”se basa en la reproducción superficial y monótona de modelos
autóctonos o de pasajes típicos y escenas regionales; en una frase: en una
delectación turística en el color local”.
Por ahí se ha tratado de mezclar la pintura indigenista con la
ideología -pro
social- de
José Carlos Mariategui y Cesar Vallejo, pero creemos que no es el caso. Sin embargo Sabogal, conoció en el Cusco a Luis E. Varcárcel y a través de este se fue
relacionando con los más importantes intelectuales de su época. Se dice que fué
Sabogal quien despertó el interés de Mariátegui por el problema del indio. De
cualquier forma, los indigenistas peruanos no pintaron la explotación o
evocaron la revolución como sus colegas mejicanos, ellos no fueron más
allá de pintar lo autóctono.
El indiscutido líder de los indigenistas
es José Sabogal (1888-1956), cajamarquino,
hijo de españoles, quien a través de sus retratos y paisajes, y bajo la influencia
de los muralistas mejicanos, dejo indudablemente huellas profundas en los
artistas de su generación, especialmente en sus principales
seguidores: Camilo Blas (José Alfonso Sanchez Urteaga, 1903-1985) pintor de
muchos paisajes de pueblos andinos, prevaleciendo
colores pálidos casi pastel. Julia Codesido (1883-1979), en cuya pintura destacan los personajes
autóctonos pintados
por lo general, de una forma casi extravagante y quizás es la indigenista que
capta mas que ninguno la importancia del Indigenismo a nivel internacional. Enrique Camino Brent (1909-1960), sin duda, el más
admirado de su Escuela, en cuyos cuadros destacan los
colores y los ambientes
casi surrealistas. Dice sobre él Juan
E. Rios..... “que su pintura esta a mitad de camino entre Vinatea Reinoso y
Walt Disney”. También Teresa (1895-1989) y su hermana
Carlota -Cota- Carvallo Wallstein (1915-1979), retratistas costumbristas y
Alicia Bustamante (1905-1969) con sus paisajes abiertamente
encuadrados. El indio y su limitado entorno fue el tema predilecto de todos
ellos, aunque también pintaron en otros estilos. El crítico Mirko
Lauer, señala que tenían "el común denominador de rescatar una realidad
postergada en la atención nacional, y que suponen poder modificar a través de
ello la naturaleza de la atención misma". La pintura indigenista es de
rasgos fuertes, exagerados y "deliberada crudeza técnica", como se
menciona en el libro sobre Arte Moderno del MALI; sin embargo, la pintura indigenista no es para nada ajena al colorido.
El indigenismo
prevaleció como escuela de moda hasta 1943, año en que Sabogal dejó la dirección
de la Escuela de Bellas Artes. Sus últimos
baluartes fueron los pintores Pedro Azabache, nacido en 1918 y el italiano
Aquiles Ralli, quien nació en 1920. En 1946 Sabogal trata de recuperar vigencia
y reabre el Instituto de Arte Peruano bajo su Dirección, entidad fiscalisadora
sin mayor trascendencia.
Los Independientes (1937- 1960)
El
indigenismo caló con tal fuerza en el Perú, que hasta finales de los años
40 fue una especie de monopolio en la
pintura. Los pintores clásicos y la influencia europea, pasaron a segundo plano, salvo
para la aristocracia limeña.
En
1937 regresa al Perú, procedente de Europa, Ricardo Grau (1907-1970), nacido en Burdeos, Francia y de
formación modernista adquirida en Bélgica y París. Con su llegada empieza la
innovación de la pintura en el país, pero también el debate abierto sobre si existe algo como
el arte nacional que se contrapone al europeo, o el arte es universal y
predominan las escuelas y no los paises.
Grau era un hombre muy
cultivado y a su llegada a Lima tenía muy claros los principios de la
reformista "Escuela de París". Pinta dentro de varias escuelas, empezando por el naturalismo y
al final de su vida en los años 60, incursiona en el abstracto.Como dice Juan E.Rios cuando se refiere a Grau en su
libro “La Pintura Contemporánea en el Perú”, .....” Ricardo Grau (tiene) el
mérito de haber sido el primero en representar, en este lado de Sudamérica, las
tendencias modernas de la pintura francesa, alejada por igual del escandaloso
vanguardismo del trópico, de la rutinaria formula académica y de la monótona
receta indigenista”.
La
influencia de Grau, sobretodo en la temática y el colorido, supone para
muchos pintores peruanos, una liberación del indigenismo, casi costumbrista de Sabogal. La prueba de ello es
que en 1937, poco después de su
llegada al Perú, se
inauguró el Primer Salón de los Independientes donde la mitad de los pintores
tendían de una u otra forma al costumbrismo indigenista y la otra mitad eran
rebeldes que habían captado las corrientes internacionales y apoyaban la
libertad artística, sin necesariamente excluir la temática de la región andina. Refiriéndose al Segundo Salón de Artistas
Independientes que se llevó a cabo en 1941..... “Este salón -
dice el crítico Luis Fernández Prada en su documento “La Pintura en el Peru”,
publicado por la Sociedad de Bellas Artes en 1942- representó un poderoso movimiento
y estuvo constituido por la mayor parte de los artistas del país. Antes de su
inauguración, no había ningún ambiente artístico y por eso, al efectuarse en la
Municipalidad de Lima (Museo de Arte), se dio un paso magnífico hacia un futuro
que era promisor. Porque el Primer Salón de los Independientes tangibilizaba la
protesta de los artistas del Perú. Allí los hubieron de todas las tendencias y
todos los sectores (diría yo, salvo los indigenistas), Francisco Gonzáles
Gamarra, Carlos Quispez Asin, Romano Espinosa Cáceda, Luis Agurto, Ricardo
Grau, Macedonio de la Torre, Manuel Domingo Pantigoso, Carlos More, Ismael
Pozo, Moisés Laymito, Arístides Vallejo, Teófilo Allaín, Víctor Mendivil, Artemio
Ocaña, Ricardo Peña, Bernardo Rivero, Gustavo Vega, Juan Barreto, Sabino
Springett, Federico Reinoso y muchos otros, sumando un total de 57 expositores.......”
Los
independientes no fueron un grupo cohesionado. Por el contrario y a diferencia de los
indigenistas, pintaban lo que les venia en gana, lo que mejor sabían hacer, lo
que dominaba a su alrededor. El trazo o figura pretendía agradar o representar algo o a alguien y este
se complementaba con los más variados colores.
Macedonio
de la Torre (1893- 1981),
nació en Trujillo, ciudad donde estudió el colegio y parte de su carrera
profesional. Fue un hombre muy cultivado y sensible al arte mereciendo una beca
para estudiar en Europa, donde amplió su formación en varios países. Se
considera que este antecesor de la pintura contemporánea, introdujo el
abstracto a su regreso al Perú a fines de los 40’. Recorrió
todo el país y se fascinó con la artesanía de los pueblos andinos. Su pintura
está orientada al paisaje, sobretodo
el de la costa y la selva. Amó la naturaleza y la considero la salvación del hombre de su tiempo, prueba
de ello son los bosques y cuadros llenos de belleza
y colorido.
En base a piedras y huesos
desarrollo composiciones de formas humanas a las que denominó "Encuentros".
Carlos
Quizpez Asín (1900-1983), es hermano del poeta y también pintor cubista, abstracto y
surrealista Alfredo Quizpez Asín (1903-1956), mas conocido como Cesar Moro. Ardiente crítico de Sabogal, Carlos, estudío en la Academia Concha, en el
ENBA y luego en la Real Escuela de Bellas Artes de San Fernando en España.
Terminó su carrera académica en California en la época del apogeo de los
muralistas mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro
Siqueiros. Al igual que ellos, logró conjugar motivos locales con técnicas modernas
asimiladas en Europa. Juan Gris amigo y seguidor de Picasso, ejerció una enorme
influencia en Carlos Quispez Asín. A su regreso al país en los años 30, aplicó
sus técnicas geométricas cubistas y sus colores tenues a temas locales pintados
en murales y cuadros. Fué profesor en la
ENBA entre 1943 y 1969, es decir en la época que los “independientes figurativos” dominaron los claustros de la prestigiada
escuela de arte.
Juan
Manuel Ugarte Eléspuru (1911-2004). A los 10 años dejó Lima, viajando y estudiando en España,
Argentina y Chile hasta 1941 que regresa al Perú para radicarse en Lima. Enseña
dibujo en prestigiosos colegios estatales de la capital y luego diversos cursos
de pintura y arte en la ENBA de la cual es nombrado director en 1956 hasta
1973. Ugarte Eléspuru además de pintor y docente, fue un excelente conferencista, crítico
de arte y escritor destacando sus obras sobre Merino y Laso y su libro
"Lima y lo limeño".
Ugarte Eléspuru puede ser
catalogado como el artista más reconocido en vida. Fue condecorado con la Orden
del Sol (Gran Cruz), y también mereció el
título de Amauta, nombrado por el
Ministerio de Educación.
No solo fue pintor de cuadros
con personajes y paisajes autóctonos, sino que también como hemos mencionado anteriormente, fue un muralista, pintor de retratos y
pintor abstracto, así como escultor. El se consideraba ante todo,un muralista. Entre sus
murales destacan el pintado en el altar mayor de la antigua iglesia del
convento de Santo Tomás, hoy convertida en colegio, y en la Universidad Nacional
de Ingeniería sobre " La Arquitectura" y " La Minería".
Manuel
Domingo Pantigoso, nació en Arequipa en 1901 y como sus coetáneos fue un gran dibujante y caricaturista. Es
considerado como uno de los fundadores de los independientes a los que promovió
organizando los primeros "salones" en Lima. Viajó por Europa de donde
volvió en 1930. Se relacionó mas con escritores y poetas que con pintores y sus
cuadros reflejan esta tendencia literaria. En Arequipa, es
considerado uno de los primeros acuarelistas que trascendió los límites de la
ciudad.
Sabino
Springett - (Sabino Canales Casares 1913 - 2006) -nació en Ayacucho en el seno de
una familia de artistas. Fue alumno y después profesor de la ENBA. Expuso en el Salón de los Independientes en 1937 y 1941.
Pintó temas autóctonos mas no se identificó con los parámetros restringidos de
los indigenistas. Fué un gran colorista y su pintura tiende a la abstracción.
Al comienzo pintó con un predominio del negro utilizando muchas veces la tinta
china. Después de viajar a Europa cambio a grises y blancos. Es autor de
valiosos bodegones.
Cesar
Calvo Araujo (1910-2015), nacío en Yurimaguas,
Loreto. Es el pintor por excelencia de paisajes y personas de la selva peruana.
Estudió por un periodo corto en la ENBA y fue el pionero de los pintores peruanos
en pintar la Amazonía en su verdadera magnitud:
ríos, aguajales, pantanos, nativos, nativos en sus botes, nativos en botes
cargados de productos recogidos del monte. Calvo de Araujo estuvo presente
con sus paisajes selváticos en el Primer Salón de los Independientes y demostró
a los indigenistas que había otro tipo de indios en la selva peruana a los que
se les prestaba muy poca atención en el país.
Víctor
Mendívil (1907- 1975), expuso sus retratos en el Primer Salón de los
Independientes.Como muchos pintores arequipeños se desempeñó inicialmente como
caricaturista de personajes políticos y no políticos, haciendo gala de un
"corrosivo humor critico", como se menciona en uno de los dos tomos de los libros “ Pintura Contemporánea”, editados por el Banco de
Crédito en 1976. Se
mudó a Lima en los años cuarenta. Mendivil se convirtió en un famoso retratista utilizando primero
el pastel y luego el óleo.
Elena
Izcue, nació en Lima en 1889 y murió en esta
ciudad en 1970. Participó en el Primer Salón de los Independientes y fue
miembro de la primera promoción de la ENBA. Publicó el libro “El Arte Peruano en la Escuela”, con el fin de explicar a los
colegiales el pasado milenario del Perú.
Si bien al comienzo de su obra Izcue, podría calificar como una indigenista- independiente, luego se
orientó mas a temas y diseños prehispánicos sobretodo en productos de orfebrería. Ella fue pionera en conciliar lo
precolombino con lo contemporaneo.
Reynaldo
Luza nació en Lima en 1893 y alternó en
esta ciudad con los mejores dibujantes de
la época entre los que sobresalió, junto al arequipeño Malaga Granet. Se
consagró en los años 20 con sus dibujos y diseños de vestidos y otros
artículos relacionados con la moda en revistas americanas de la talla de Vogue.
En 1950, a su retorno al Perú, se
dedicó a pintar paisajes de la costa peruana sobre todo dunas, que pasaron a ser el eje de su
obra. Murió
en 1978.
LOS IMPRESIONISTAS ( 1900 - 1920)
Teófilo
Castillo (Carhuaz 1857 -Tucumán 1922), fué uno de los mejores críticos
literarios de su época, además de un magnífico pintor que supo mezclar el
costumbrismo local con la escuela en boga a fines del siglo XIX y comienzos del
XX en Europa: El Impresionismo.
Como todos los clásicos
peruanos, se formó en talleres de Europa. Fue alumno libre en escuelas de
Francia e Italia y un asiduo visitante a los museos de esos países donde imitó obras como la Virgen del
Consuelo de Bougereau que le permitió obtener medalla de plata, en la principal exposición de
Luxemburgo. Después de cuatro años, regresa al Perú deteniéndose en Buenos Aires donde conoce y se
casa con la española María Gaubeca, permaneciendo como fotógrafo y pintor en
dicha ciudad por cerca de 20 años.
En 1905 vuelve a Lima con 48
años de experiencia
y prestigio suficientes para que muchos jóvenes
se matriculen en la academia-taller, que Castillo funda en la Quinta Heeren, punto de reunión de
intelectuales y bohemios, donde se llevan a cabo los primeros “vernissages” del
país.
En 1907 decide regresar a
Europa, donde
capta plenamente el impresionismo sobretodo en España, atraído por la luz
espontánea, fluida y fresca de Fortuny.
Regresa al Perú para pintar
"de la mano" es decir, dentro del mismo
espíritu, con el literato Ricardo Palma, autor de las “Tradiciones Peruanas”. Las obras de ambos son costumbristas y las
pinturas de Castillo de estilo
impresionista. “Los
Funerales de Santa Rosa” y “El
Pleito de las Calesas” reflejan esta atractiva combinación que enriquece la
pintura peruana. Es conocido por sus paisajes de la sierra con lagunas y
volcanes y otras obras, como sus retratos no necesariamente de características impresionistas.
Además de colaborar como
crítico literario en las revistas Actualidades y Variedades de significativa
influencia en el arte de la época, fue profesor en la ENBA, de donde se retiró resentido por no haber sido nombrado Director, supuestamente
por no proclamarse indigenista. Se
estableció en Tucumán en Argentina donde murió.
Otro
impresionista peruano es el versátil Carlos
Baca Flor con sus nocturnos de París, así como con algunos de sus
múltiples retratos.
Enrique Domingo Barreda (1879-1944), se educó en Europa donde se involucró con el impresionismo,
especialmente bajo la influencia del famoso Fortuny. Fue sin duda uno de los mas dedicados paisajista
peruanos, pese que su obra no fue sobre temas nacionales sino europeos. Pintó interesantes aguafuertes sobre la vida diaria con mucha
luz y color. Era opuesto al indigenismo y así lo demostró en sus escritos en
los años 30. E.D
Barreda y el retratista Francisco Canaval (1877-1911) son conocidos como pintores aristócratas “socialites”, con indudable
interés por difundir la cultura en el país.
Así
como Barreda,
incursionó en los paisajes impresionistas, Ricardo Flores (1889-1983), es el pintor puntillista
peruano. El puntillismo es una derivación del
impresionismo donde se mezclan la pintura y la química en el entendido que se
obtiene mejor color pintando a puntitos que pintando de corrido. Flores fue alumno de Teófilo Castillo en la ENBA y uno de los primeros alumnos graduados en
esta Escuela. Seguidor de
Seurat y sobretodo de Signat famosos puntillistas franceses, expuso por primera
vez en Lima en 1917. Viajó a California, España y Chile, pero
anteriormente radicó en un pueblito en la ceja de selva de Huánuco, que influenció
en su pintura de paisajes al aire libre con mucho color y luminosidad,
características fundamentales del
impresionismo.
Pintura abstracta (1945)
En
el libro de Arte Moderno, publicado por el MALI con gran éxito -igual que los
otros sobre el Arte en el Perú-, se menciona que "miembros de la generación de los
independientes como Juan Manuel Ugarte Eléspuru, Sabino Springett e incluso el
propio Ricardo Grau, se habían convertido ya a la abstracción lírica de raíz
francesa.......el progresivo tránsito a la abstracción de artistas como Szyslo,
Eilson y Rodriguez Larrain, coincidía con la re valoración de la estética
precolombina pero desde un punto de vista contemporáneo"
Por su parte la Agrupación
Espacio,
liderada por Luis Miro Quesada, no solo contribuyó al desarrollo de la
arquitectura moderna en el Perú sino que fue un puntal para la pintura
abstracta. Fue dentro del contexto de esta agrupación, que
se dieron largos debates entre Miro Quesada
y Salazar Bondy y los seguidores de ambos, sobre la prevalencia de la abstracción o el figurativismo en la pintura peruana.
La
pintura abstracta se instala en el Perú a fines de los años 40 para quedarse
hasta por lo menos las primeras décadas del siglo XXI. Después de varias batallas entre la figuración y la
abstracción, la guerra entre ambas la ganó la segunda a mediados de los 50.
El punto de quiebre de la
pintura abstracta se dá en 1951 con la exposición individual de Fernando de Szyszlo, auspiciada por Espacio, sin embargo ya en 1950, Enrique
Kleiser exhibió los primeros cuadros de pintura abstracta en el Perú. En 1958 la tendencia abstracta se consolida con el I Salón de
Arte Abstracto en el Museo de Arte de Lima a iniciativa del pintor,
crítico y promotor del arte peruano, Eduardo Moll y el pintor Benjamín Moncloa,
líderes del Patronato de las Artes.
En este
decenio, la
mayoría de los profesores de la ENBA y muchos de la Católica estaban alineados
con la nueva tendencia. Los primeros exponentes son el propio director de la
Escuela de Artes Plásticas de la Católica, Adolfo Winternitz a quien nos
referimos anteriormente. Emilio Goyburu, Alberto Dávila y Carlos Aitor Castillo
son los pintores mayores que se integran al movimiento en los 50. Paralelamente
lo hacen los alumnos de Winternitz: Fernando de Syszlo y Jorge Piqueras Sánchez Concha; también,Emilio
Rodriguez Larrain, Aníbal Santiváñez, Jorge Eduardo Eilson y Eduardo Moll, nacidos en los
años veinte. Posteriormente, los años treinta verán nacer a Arturo Kubota,
Enrique Galdós Rivas, José Milner Cajahuaringa, Julia Navarrete, Leslie Lee,
pintores abstractos de los 60. En los cuarenta nacen Ramiro Llona, José Tola, Moico Yaker, Rocío Rodrigo, Bill Caro, Chavez Arroyo, pintores coetáneos que nos sorprenden en el siglo XXI con sus
cuadros de
tendencia abstracta, llenos de entusiasmo y con apreciaciones modernas sobre el arte, que no dejan de escandalizar a los mayores.
Los Pintores Peruanos
Recientes (1980-2016)
Los años pasan y la gente también. La
población crece y los museos y sobretodo las galerías de arte se multiplican, cuando
existe libertad y los pintores pueden expresarse libremente. Si la política económica es acertada y hay
crecimiento y distribución por lo tanto desarrollo, el público compra y hay creatividad
que genera oferta. En la sociedad de
consumo, el arte adquiere características de “commodity”, con la particularidad
que si la situación económica del dueño de una pintura es buena no está
dispuesto a venderla y si es mala, la remata.
Me referiré a aquellos pintores
nacidos en los 50’s y los 60’ que hoy destacan y con entusiasmo nos brindan
las nuevas tendencias de la pintura nacional. Hernán
Pazos, Ella Krebs,Salvador
Velarde,Sonia Praguer, Ricardo Wiesse, Carlos
Enrique Polanco, José Luis Carranza, Ramiro Pareja, Rosario Noriega, Maricruz Arribas,
María Gracia de Losada, Armando Williams,
Mariella Agois, Rhony Alhalel, Luz Letts, Martha Vértiz, Arturo
Kobayashi, Denise Mulanovich, Alfredo Alcalde entre
los más conocidos. Ellos, sin dejar necesariamente
de lado el abstracto, pintan en varios estilos novedosos modernos y quizás
universales y algunos inclusive, emulan pintores peruanos del pasado.
Creo que dos factores son importantes
en las nuevas tendencias nacionales. Por un lado esta la globalización que deja plena libertad de
pintar lo que uno desea, sin tener que someterse a ningún estilo ni tener que
seguir “patentes académicas”. Pocos artistas regresan al pasado, sobretodo a
los estilos académicos, incluyendo el impresionismo. El público por su parte
también está globalizado y ya no se empeña en adquirir lo que esta “de moda”, sino
lo que le agrada o “le va” con el estilo de la casa o el ambiente que se está
decorando. Hay casas modernas con paredes atiborradas de pinturas de varias
escuelas peruanas que cubren muchos años. Por otro lado, los artistas nacidos
en los 40’ y 50’ como dijo Warhol a comienzos de los 60, deben ser empresarios
y no solo bohemios, como sugería Courbet en el siglo XIX. Es decir deben ser buenos
administradores, dispuestos a innovar y producir con calidad y en cantidades
adecuadas para luego marquetear y vender el producto al mejor precio, en estrecha
coordinación con las galerías de arte. Por
otro lado, pienso que la mezcla de razas que hay en el Perú, concentradas
sobretodo en la capital, están logrando una mixtura en el arte similar a lo que
sucede en la comida. La pintura peruana, si bien mantiene “ingredientes nacionales”,
no es necesariamente lo que estábamos acostumbrados a llamar pintura peruana, ahora se trata de pintura universal.
Creo que corresponde en esta parte
del trabajo, mencionar el Pop-Art de origen dadaísta cuyo principal difusor en
el Perú fue Rafael Hastings, nacido en
1942. En los cuadros de Hastings los personajes no se llegan a integrar dentro
del cuadro.Como dice Marisa Mujica.....” Como si estuviesen condenados a una
gran soledad, un silencio que desconcierta y que a la vez seduce”. También
destacan por sus “collages”que pueden incluir cualquier cosa en cualquier orden,
la “informalista”, Gloria Gómez Sánchez y el pintor abstracto Eduardo Moll.
Hay muchos pintores abstractos de prestigio en
el Perú de hoy, por lo tanto no es fácil,
si se quiere lograr el objetivo de este trabajo – histórico y resumido-
profundizar detalles
sobre la vida y el arte de cada uno de ellos. Sin embargo, me he arriesgado a
definir este estilo trascendental en el país, tratando de poner bajo un
paraguas a los múltiples artistas.
¿Que es el abstracto en la pintura?
El
abstracto, estilo
no figurativo, no pretende mostrar un paisaje o una persona dentro de los
parámetros tradicionales, ni siquiera dentro de la tendencia
impresionista o moderna. Va más allá, abstráe una figura determinada con trazos
y colores. El diccionario define la palabra abstraerse como.... “ no fijar por completo la
imaginación en una idea u objeto". Para Jorge Piqueras Sánchez
Concha, pintor y escultor, hijo del escultor Piqueras Cotoli y
compañero de
clase de Szyszlo en la Católica, el arte abstracto "es una pregunta que, a
estas alturas, me sorprende y me pone incómodo como el encontrar un pelo en la sopa. Como no entiendo el porqué no puedo
escoger una respuesta idónea, entonces prefiero apartarlo al borde del plato”. En una entrevista de Fernando Molina Alcalde a Ramiro
Llona en 1983, Llona dice: “En mi caso la búsqueda de un lenguaje propio
empieza con un intento figurativo expresionista. Es con el tiempo que los elementos
abstractos que yo creo, son los que sostienen toda propuesta estética,
comienzan a ganar autonomía y se va instalando en mi sensibilidad un rechazo a
lo descriptivo en términos de realismo. Es decir, ya no es el paisaje lo que me
interesa sino la sensación que este me produce; ya no es la descripción de la
figura sino el rescate de una presencia. Aquí el uso del color toma su momento
principal y comienza a ser quizás el elemento más expresivo de mi propuesta”.
En el
Perú el arte abstracto se podría subdividir hasta en cuatro diferentes tendencias
que fueron adoptadas por los diversos pintores. Por ejemplo Syzszlo, es quizás nuestro mejor exponente de la abstracción lírica. La mayoría de los pintores abstractos
peruanos desde los 50’s hasta la fecha, son catalogados como expresionistas abstractos. Piqueras
Sánchez Concha, Santiváñez, Goyburu y Rodriguez Larrain representan el
abstracto geométrico. La abstracción metafísica esta muy relacionada con la
pintura surrealista que se menciona a continuación.
Los surrealistas y
neosurrealistas (1970)
Dalí,
el fundador del Surrealismo vive entre 1904 y 1989. Esta escuela alcanzó una
gran influencia entre calificados pintores peruanos -todos nacidos entre los
años 1930 y 1945-, recíen en los
70's. Estos se iniciaron en el
mercado muy lentamente, casi en forma clandestina y
sin ningún apoyo por parte del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas y su Instituto Nacional de Cultura. Un grupo de
intelectuales, la mayoría miembros del Instituto
de Arte Contemporáneo-IAC, que años después promovería la creación del Museo de Arte
Contemporáneo- MAC, con acierto, empezó a dar importancia a la
pintura surrealista en el Perú. La indiferencia del
Gobierno fue tal, que el MoMA de New
York en 1972, reconociendo el mérito de los surrealistas peruanos, organizó la
Exposición Surrealista de Lima. Los pintores que destacan son: Tilsa Tsuchiya (1929 - 1984), quizás la artista peruana cuyas
obras son las mejor cotizadas en el mercado del arte. Venancio Shinki
(1932-2016), Gerardo Chavez(1937), Carlos Revilla (1937) y Leoncio Villanueva (1945). Todos ellos
salvo Tilsa y recientemente Shinki, aun entre nosotros.
El Surrealismo se
caracteriza por obras con gran imaginación que se transforman la mayoría de
veces por conceptos freudianos u otros, en imágenes intrincadas perturbadoras
sin control de la razón. La combinación de colores juega un papel importante
para presentar en la mayoría de casos seres extravagantes en posiciones
extranbóticas. Destaca la calidad de la pintura como es
el caso de la “belleza de la piel” en las obras originales de Revilla.
BIOGRAFÍAS DE LOS PRINCIPALES
PINTORES CLÁSICOS O ACADÉMICOS PERUANOS.
IGNACIO MERINO MUÑOZ (Piura 1816 - París 1876)
Es
considerado por sus biógrafos, Juan Bautista de Lavalle y Teófilo Castillo, como el fundador de la escuela
peruana y el primero de los pintores sudamericanos.
Con tan solo 10 años es enviado
por sus acaudalados padres a París a estudiar el colegio. No se inscribe en la
universidad, prefiere seguir las enseñanzas de Raymond Monvoisin, nacido en
Burdeos quien logró éxito en París en la segunda parte de los 1830 cuando su
taller era visitado por el futuro rey de Francia, Luis Felipe de Orleans.
Monvoisin, es considerado,al igual que su maestro Guerin (1774-1833), un pintor
academista de comienzos de la época romántica francesa. Este pintor francés, quizás bajo
la influencia de Merino, visitó varios países
sudamericanos y luego vino al Perú. Pintó cuadros sobretodo en el Buenos Aires de la época del
presidente Rosas y dejó una clara influencia en las escuelas de arte en Buenos
Aires y Valparaíso.
En 1838
Merino regresa a Lima, vía Italia y España y también Buenos Aires, Rio y
Valparaíso. Permanece en el Perú hasta 1850, en que opta por retornar a París
después de unos años "no muy fecundos ni felices" según Ugarte y
Elépuru, Sin embargo esos años sirvieron de inspiración para sus famosas obras
costumbristas: "Tapadas en el Portal" y "La Jarana", así
como para fortalecer su amistad con su inseparable amigo y colega Francisco
Laso, ambos alumnos y luego sucesores del maestro quiteño Francisco Javier Cortés en la dirección de la vieja Academia de Dibujo y Pintura.
Merino
encuentra un París en la efervescencia romántica en contra de la Academia y con
los rezagos napoleónicos-neoclásicos de Louis David ( 1748-1825). Decide
alejarse del clásico Monvoisin y se inscribe en los talleres del también
francés Paul Delaroche (1797-1856), pintor mas de historia y retratista con
influencia del romántico-patriota Eugenio Delacroix (1799-1863). Sus primeros
cuadros sobre Colón no logran una critica favorable en la prensa artística
parisina, sin embargo en 1863 logra una medalla en el Salón de París con
también un cuadro sobre Colon: "Colon ante la Universidad de
Salamanca". Merino se presentó a las exposiciones de París entre 1850-1875, lo que sin duda fue gravitante
para su fama internacional.
En 1865 se aleja de la escuela
de Delaroche y abre su propio taller para sumarse plenamente al romanticismo
francés. En este tercer y último período se consagra con las pinturas sobre
Cristo. En 1868 presenta a la Exposición de París, "Un matador" y
"El amor y el vino". El Congreso del Perú lo premia con la medalla de
oro.
Posteriormente expone también en París, los cuadros sobre
Cornaro, Hamlet, Carlos V, "La apertura del testamento", "La
mujer que ríe", conocido también como "La Loca", la " Cocotte"y
su última obra: "Un Turco y un Hidalgo".
Si bien Merino es un
pintor moderno, romántico, conoció mucho sobre sus antecesores los genios
barrocos Rembrant, Velasquez y Rivera como se refleja en algunas de sus obras.
En 1876
muere en París dejando en boceto, "La resurrección de Lázaro". Merino
lega a la ciudad de Lima a través de la Municipalidad, los cuadros que
permanecían en su taller que ahora son expuestos en dicha Municipalidad, otros
edificios públicos y en el MALI.
Es importante destacar lo que menciona Don
José Antonio de Lavalle y Arias de Saavedra, biógrafo de Merino ....." Fue
Merino pintor fecundo y de variado estilo y múltiple carácter, a punto de no
poder admitirse, viendo tres o cuatro obras suyas, que sean hijas del mismo
padre......"
FRANCISCO LASO DE LA VEGA DE
LOS RÍOS (Tacna o Ancash 1823- 1869)
Sus antepasados tuvieron origen español, tal es el caso del Capitán
Don Francisco Lasso de la Vega, alcalde de Lima, así como el General realista Don Juan
de Berindoaga y de los Ríos, a quien Bolivar hizo fusilar.
En
1810, antes de la Independencia, el patriota Benito Laso de la Vega, padre
del pintor, fué deportado a Bolivia por el Virrey Abascal al considerarlo conspirador. Después de la Independencia él y
su familia se establecen en Puno y luego en Arequipa. En esta última ciudad,
Laso concluye la primaria y el padre viudo, contrae segundas nupcias, con la
aristócrata arequipeña Petronila Garcia Calderon.
En 1833, cuando el pintor tenía la edad de 10 años, la familia se establece en Lima, donde Laso estudia la
secundaria. El padre desea que su hijo estudie abogacía, pero este se niega y
se matricula en la Academia de Dibujo y Pintura a cargo del biólogo quiteño
Francisco Javier Cortés. En esta Academia se hace muy amigo de Ignacio Merino (pese
que Merino era seis años mayor), quien había vuelto de Europa en 1839. A la muerte de Cortes,
Merino y Laso, se desempeñan como Director y Subdirector de dicha Academia. Los dos
aristócratas absorbidos por la bohemia limeña, dejan
de lado promisorias carreras tradicionales y sorprenden a la alta sociedad ...........
Merino
influencia en Laso, al punto que este último, se embarca a París a estudiar
bajo la estricta tutoría del amigo de su padre Espinosa de los Monteros, en los
talleres de Delaroche donde no permanece mucho tiempo y se muda al taller de
Gleyre,
conocido por su estilo de colorido frío y grave, quien sin duda influye en los
cuadros de grupos de indios característicos de Laso. Viaja a Suiza e Italia. En
Venecia aprende mucho del Veronés y en
Roma conoce y se hace discípulo del pintor francés Damery, de su misma edad.
Para este tiempo ya ejerció mucha influencia en Laso, Ary Scheffer, holandés, que vivió en París considerado
el jefe de la escuela romántica.
En 1849
retorna al Perú, con
mucho entusiasmo para permanecer en el medio. Abre su taller que se convierte
en un típico recinto para la bohemia limeña de la época. Sin embargo el
atractivo de Europa y el recuerdo de Damery pueden más que el Perú. Con la ayuda económica del
Gobierno del Presidente Echenique, amigo de su padre y de su hermana Juana
Manuela, Laso retorna al viejo mundo en 1851 después de escasos dos años en
Lima en los que recorrió parte de la Sierra.
Es en esta
segunda estadía en Europa, Laso logra su mejor producción. En 1855 expone "El
Habitante de la Cordillera" o el " Indio Alfarero" en la
Exposición de París con excelentes comentarios. También pinta "La
Justicia" que viene al Perú y acaba en el despacho del Ministerio de
Justicia y comienza "Canto Llano" donde posan como frailes,
amigos de Laso entre ellos su biógrafo Lavalle y el Obispo Goyeneche. Es
probable que de aquella época es también el cuadro "Campamento de
Indios" con las mismas características del "Habitante de la
Cordillera" y los dos "con un sentimiento de reivindicación y
protesta con agudo sentido social ......" y no solo como mercadería para
el turista como dice Ugarte y Eléspuru. Laso dejará por escrito este sentir social en el famoso
documento "El Aguinaldo". Se abre el paso a la escuela indigenista
que cobra auge en el Perú de los años 1930. Con la derrota de Echenique por
Castilla en 1856 - quien paradójicamente lo puso en el poder-, Laso pierde el
subsidio del Estado y debe regresar nuevamente al Perú ese mismo año.
En esta
nueva etapa en el Perú aparentemente pinta la controvertida "Marina"
y "El Chalan" además de varios cuadros pequeños iniciados en Europa.
Bajo el mecenazgo del Obispo Goyeneche, culmina "Canto Llano" y pinta
en Arequipa cuatro evangelistas para la Catedral. El Obispo le encarga varios
cuadros de su familia y de él, así como de santos de los
cuales solo pinta una Santa Rosa a su retorno a Lima. En esta época se enamora
e idealiza a su esposa Manuela Henriquez, pintando sus cuadros mejor acabados
bajo su inspiración: “Manuela Henriquez” y “Santa
Rosa”. Al
igual que lo hizo Monvoisin a su paso por Lima, Laso pinta varios retratos,
pero con la salvedad que los de Laso son básicamente personas cercanas y no
"todo Lima" como fue el
caso del francés.
Después
de este fecundo periodo, Laso es mas un escritor melancólico que un pintor
consagrado y en 1860 parte de nuevo a Europa con su esposa. El tiempo ha
transcurrido y Europa no es la misma de lo que fué para el joven bohemio Laso. No están Delaroche
y Gleyre. Damery murió tísico en París. Con entusiasmo vuelve a pintar sin
dejar la literatura y se consagra con "Manchay Puito" o "El
entierro del mal cura" que por su temática es rechazado de la Exposición
de París, sin embargo es una clara muestra de la influencia de Goya en Laso.
Entre
1860 y 1863 escribe muchos artículos, sobretodo para la revista de arte Variedades criticando a la sociedad limeña entre risas y sarcasmos,
así como los males de nuestra nacionalidad y nuestra gente, haciendo eco a
Pardo y Aliaga y quizás al propio Gonzales Prada. Se enrola en los bomberos
para servir a la patria en las jornadas del 2 de mayo de 1866 contra España,
tal como lo hubiese hecho su padre. Pinta “El Aravicu” o “La Pascana” también
con temática andina donde no hay movimiento de los personajes al igual que en
"Campamento de Indios". Entra en política como diputado y
constituyente. Al ver la política por dentro y el Gobierno corrupto opta por
reponer su deuda con el Estado por los años que lo subsidio en París y la paga,
entregando sus obras más preciadas: "El Habitante de la Cordillera", “El Canto Llano", "La
Justicia", y "Santa Rosa". Como dijo su biógrafo Lavalle: "nunca colocó el Perú su
dinero a más subido interés".
Laso
muere en las afueras de Lima en 1869, cuando se desplazaba a su preciada
sierra a recuperarse de una afección al pulmón. Está enterrado en un
nicho sencillo en el cementerio El Angel.
LUIS MONTERO ( Piura 1826 -
Callao 1869)
Realizó
sus primeros estudios en su ciudad natal y luego viajó a Lima con la idea de
seguir una carrera tradicional, sin embargo no fue a la universidad y acabó
dirigiendo una firma comercial con solo 21 años.
Tenía el arte en sus venas,
renuncio al trabajo y se matriculó en la Academia de Dibujo y Pintura del
ecuatoriano Cortés qué en esa época
dirigía su amigo Merino.
Pintó un retrato en miniatura de Castilla y en parte gracias a
esta memorable obra, el Gobierno lo premió con una beca a España donde estudió bajo
la dirección de Fortuny. A los pocos años, la beca le fue suspendida por problemas presupuestarios del
gobierno. En Lima se abocó a pintar y fomentó su relación con Merino al que
sucede en la dirección de la Academia de Dibujo y Pintura en 1860. En la
primera exposición de pintura realizada ese año Montero presentó 19 cuadros
entre ellos "La Venus Dormida" "La Coqueta" y "El
Artista y su Modelo". Su éxito lo llevó a lograr una nueva beca por 4 años, esta vez en Francia e Italia. A
su regreso permaneció en Cuba, donde estableció su estudio. De La Habana ya sin beca esta vez,
viajó este
a Florencia donde ejecuta
la trascendental obra "Los
Funerales de Atahualpa", su obra
maestra, de grandes dimensiones en el que aparecen 36 personas de casi
tamaño natural. Antes de llegar a Lima "Los Funerales de Atahualpa"
fue expuesto en Río de Janeiro, Buenos Aires y Montevideo con gran éxito.
De regreso
al Perú en 1868 con su obra maestra,
Montero es recibido con todos los honores, condecorado con Medalla de Honor. Se
imprimieron estampillas con el cuadro y al
artista se le concedió una pensión vitalicia de soles 20,000, bastante dinero para un hombre acabado.
Durante la toma de Lima en la
Guerra del Pacífico, “Los Funerales de Atahualpa” acabaron en Santiago de Chile, pero felizmente años después la obra fue devuelta y acabó en la Municipalidad de Lima..
Montero
muere de fiebre amarilla en el Callao, cuando tenía el deseo ferviente de
pintar otro cuadro monumental sobre la
Independencia del Perú.
Si bien
la obra de este pintor clásico, se
caracteriza por su dibujo y sus figuras
muy bien logradas, así como por la proporción utilizada.
Sin duda hay una influencia neoclásica (escuela predominante en
Europa en esa época) que se refleja en su Obra Maestra, al punto que algunos críticos han
manifestado que los personajes tienen la apariencia de greco-romanos.
CARLOS BACA-FLOR ( Islay 1869 -
París 1941)
Nació en Islay,
en la costa de Arequipa. Realizó sus primeros estudios en Santiago de Chile
para luego ir becado por el gobierno peruano a Roma y después de dos años
establecerse en París. Pese a los años que vivió
en Chile, el siempre se consideró peruano. Es
considerado en el Perú como el
último de los académicos,pese a sus retratos modernos y su activa participación
en el post-impresionismo paisajista. Fue coetáneo de Vincent Van Gogh y Paul
Gauguin aunque vivió bastantes más años que ellos dos.
Vivió
en Europa el apogeo de optimismo de comienzos del siglo XX. Estudio en la
Academie Julián, bajo
la dirección de Jean Paul Laurens y pintó en diversos estilos sobretodo el barroco.
Su periodo
impresionista, está reflejado en vistas nocturnas de París, tanto externas como
interiores, destacando
"La Cantante", óleo sobre madera, así como vistas de cafés.
Se mudó
a New York, donde se desempeñó principalmente como retratista. Es ahí donde el
banquero JP Morgan lo contrato para que lo retrate, pintura que aún se preserva
en el banco que lleva el nombre de este conocido magnate americano de los años
20. Es reconocido
por sus retratos pintados sobretodo en Nueva York, que le merecieron fortuna y
fama.
Regreso
a París, donde
murió en 1941, dejando en su estudio valiosas pinturas que fueron legadas a la
ciudad de Lima. Actualmente muchas de
ellas se encuentran sobretodo en la Municipalidad
y también en el MALI.
CRITICOS DE LA PINTURA
PERUANA.
Entre los precursores de
la crítica a la pintura nacional ubicamos a Julio Málaga Granet, Francisco Gonzales
Gamarra y Federico Larrañaga en los comienzos de siglo. .Tambien Teófilo Castillo Carlos Raygada, Jorge C. Muelle en los años 20 y
30; y por supuesto, Juan Acha a fines
de los 40 y comienzos de los 50. Todos ellos sobresalientes críticos del arte que llegaron a imponer su criterio a través de argumentos bastante bien sustentados en diarios y revistas de
circulación en el mundo artístico.
Los tres
primeros acapararon la prensa ilustrada con una cultura visual sin precedentes
entre verdad y caricatura. Gracias a ellos se empezaron a conocer en el Perú la
existencia de exposiciones universales y el Salón de París, meta de los
pioneros de la pintura peruana como Merino y que posteriormente acogiera a
Daniel Hernandez, Alberto Lynch y Carlos Baca-Flor.
Larrañaga criticó la poca
importancia que se prestaba a los artistas peruanos en el Perú y la invasión de extranjeros en
el arte peruano.Divulgó los éxitos de peruanos en el exterior como Baca-Flor.
Sus columnas Actualidad y Prisma son verdaderos baluartes del arte peruano de
comienzos de siglo. Lo sucedió Teófilo Castillo quien se convirtió en el entusiasta animador de la
pintura en el Perú, pese que su énfasis en lo criollo no satisfacía a la
aristocracia peruana en el poder que tendía a lo europeo. El "Salón
Castillo" de 1905, en la Quinta Heren, se
convirtió en el primer salón de "vernissage" en el Perú. En este tuvieron
oportunidad de exponer, alumnos de Castillo en la Escuela Nacional de Bellas
Artes, es decir,
los futuros pintores modernos de fama nacionales.
Carlos
Raygada fue un fiel adulador de Sabogal y los indigenistas. Sus crónicas están muy bien escritas y denotan un insaciable
deseo de valorizar lo nacional.
Raúl Maria Pereyra,Juan Rios y Luis
Fernández Prada, criticaron al indigenismo de Sabogal y pronosticaron que en
los independientes estaba el ingreso del Perú al modernismo. El primero en su “
Ensayo Sobre la Pintura Peruana Contemporánea”;
el segundo con “ La Pintura Contemporánea en el Perú” y el tercero en su ensayo
“ La Pintura en el Perú”.
Juan Acha fue quizás el mas leído por los aficionados a la pintura peruana. Se inició como un defensor
acérrimo de lo ancestral bajo el seudónimo de Nauaca, Luego de estudiar ingeniería química
en Europa, retornó al Perú muy identificado con el ámbito universal. Es en esta
oportunidad que cambia de seudónimo a Juan Acha. Para algunos fue demasiado
prepotente en enfatizar que los pintores debían seguir las ideologías de los
pensadores o filósofos preparados para liderar. Fue el puntal de la galería el Ombligo de Adán, que
indudablemente, con el apoyo del IAC, desempeño un papel opositor al “arte
integral popular” del SINAMOS de Velasco Alvarado y se exilió en México en
1971.
Los abstractos tuvieron el decidido apoyo primero
de Espacio bajo la tutela de Luis Miro Quesada, y luego del Instituto de Arte Contemporáneo-IAC,
indudable promotor del Museo de Arte Contemporaneo en Barranco.
FERNANDO DE SZYSZLO
Fernando de Szyszlo
Valdelomar, nació en Barranco, Lima, el 5 de julio de 1925.
Fue sobrino carnal del
literato y poeta Abraham Valdelomar, quizás uno de los motivos por el cual desde
niño tuvo un especial afecto por la lectura, la literatura y la poesía.
Se educó en el colegio jesuita y luego ingresó a la Facultad de
Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería, pero no se graduó. Muy
aficionado al dibujo en 1944, optó por la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad
Católica, donde asiste hasta 1946. Esta Escuela había sido recién fundada bajo
la dirección del judio - austriaco, Adolfo Winternitz, quien ejerció una
marcada influencia en Szyslo y su compañero de clase, el pintor Jorge Piqueras
Sánchez Concha. En una primera fase en el Perú, demuestra su voluntad
vanguardista y se nota cierta influencia del cubismo de Picasso y de Klee.
Pinta en telas que recuerdan las prehispánicas, es figurativo e incursiona en
paisajes costeños y naturaleza muerta.
Entre 1949 y 1955 reside en
París donde se relaciona con la pintura de la época y estudia las escuelas
tradicionales. En el mismo año 1949, pinta su primera obra abstracta y en 1951
participa en el Salón de Mai en París. Reside también en Florencia.
A comienzos de los 50,
retorna a Lima como “personero entusiasta de pugnas y beligerante del
abstraccionismo” como se menciona en el libro”
Pintura Contemporánea” publicado por el Banco de Crédito; con duras
declaraciones sobre la pintura en el Perú. Estos hechos lo convierten en una
persona controvertida y polémica. En 1951 presenta en Lima una exposición individual
sobre pintura abstracta, evento que es considerado el hito con el que se inicia
este género en el Perú.Sus cuadros son rotulados con nombres quechuas como Puka
Wamani y Wamen Wasi. En 1957, se desempeña como profesor de pintura en la
Escuela de Artes Plásticas de la Catolica, cargo que ejercerá hasta 1976. Entre
1957 y 1977, viaja a los Estados Unidos, donde asesora en artes visuales a la
Organización de Estados Americanos- OEA y se desempeña como profesor visitante
en las universidades de Cornell, Yale y la Universidad de Texas en Austin.
La pintura de Szyszlo es
abstracta y eminentemente simbólica, dentro de una lírica poética.
Quizás su mayor mérito
radica, en haber logrado fundir en sus pinturas el abstracto europeo y la
artesanía prehispánica. Con mas de 90 años trasciende el periodo de popularidad
de varias escuelas en el Perú y en el exterior. Su experiencia en los colores
es indudable y esta se refleja con el paso del tiempo.
Mario Vargas Llosa, admirador
y amigo personal de Szyszlo, en el libro SZYSLO, publicado en 1980 por el Banco
Popular, dentro la colección “ Pintores Peruanos”, se refiere a cuatro
características que encuentra en sus pinturas: elegancia, misterio, cultura y
erotismo. Sobre el primer atributo sostiene la tendencia por “mantener al
espectador a una distancia de su mundo, es decir obligarlo, mediante una
estrategia formal, a observar lo que le muestra desde una perspectiva
respetuosa”. El misterio reside simplemente en “ insinuar sin afirmar........cercanía
y distancia que se confunden.....”. Se dice que el pintor francés Duchamp,
resentía que la gente considere a los pintores meros reproductores de la
naturaleza. “ estoy harto de que a los pintores nos crean brutos”. Como hemos
mencionado, la herencia literaria del pintor influenció mucho en su vida y desde
niño fue un asiduo lector, convencido que para dibujar y luego pintar, era necesario
instruirse. Esta vocación, lo lleva a profundizar en la cultura latinoamericana
en general y la prehispánica en particular. Como se mencionó , el abstracto lo
plasma en forma muy amigable con el
diseño prehispánico dentro de un armonioso espacio de color. Sobre el erotismo,
el escritor encuentra que el “elemento erótico
es visible; todos los cuadros son variantes de un mismo fenómeno, la
metamorfosis”.
Mucho artistas y no artistas,
critican al pintor aludiendo que su pintura es “mas de lo mismo”, pienso que
esto es como decir que todas las poesías
riman. El mérito no esta en la figura, sino
en lo que representa y la calidad de la misma, gracias al diseño y el color. Cada cuadro es una poesía
diferente, que nos trata de decir algo sin revelar el secreto, como sucede con
el arte precolombino. Los colores siempre tienden a mejorar, aplicando el
ultimo estado de la tecnología, prevaleciendo una elegancia difícil de describir.
Pienso
que Szyszlo es el pintor peruano que mejor resuelve la pregunta de siempre en
la pintura peruana, la eterna rivalidad entre lo autóctono y lo universal. Los
cuadros de Szyszlo mezclan acertadamente los dos aspectos, nuestro pasado
prehispánico en el tema con la técnica universal en el estilo.
En su
reciente libro La Vida sin Dueño, Szyslo comenta sobre la pregunta ¿qué
artistas peruanos me interesan?. Servulo Gutiérrez, Ricardo Sánchez, Ricardo
Grau, Tilsa, Julia Navarrete, Zepelli, Polanco y Tola. Considera que el mejor
cuadro que se ha pintado en el Perú es el retrato de José Olaya de Gil de
Castro y después una naturaleza muerta con flores de Sérvulo. A Sabogal lo considera pues
“rompe los cánones” y comenta que Vinatea Reynoso “también le gusta”. En una
oportunidad Eduardo Moll me comentó que Szyslo dice “que él es el mejor………….”
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